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Estrategias que puede estar poniendo en práctica tu pareja cuando discutís

Mónica Manrique

26 de septiembre de 2019 16:28 h

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Desde Instagram (@mi.psicologa), una seguidora me pregunta:@mi.psicologa No sé qué estoy haciendo mal, pero cada vez que discuto con mi marido él se sale con la suya y yo tengo que terminar pidiendo disculpas. Estoy agotada y me siento fatal.

Puede que estés siendo “golpeada” psicológicamente mediante estrategias encubiertas. Su gran efectividad se debe a que pasan desapercibidas por ser sutiles. La finalidad de estas estrategias es que dejes a un lado tus deseos y hagas lo que no quieres hacer.

Según el investigador Luis Bonino, existen estrategias encubiertas (micro machismos encubiertos, según el autor) que utilizan los hombres para salirse con la suya en relación con las mujeres. Tal vez te sientas identificada con alguna de estas 8 situaciones:

1. No habla y a veces incluso pretende que le leas la mente: callar conlleva imponer el silencio a la otra persona, es una imposición de los propios intereses. Así controla las reglas del juego a través de la distancia. No se siente obligado a hablar, ni a dar explicaciones, ni información sobre sí mismo, obligando a la mujer a llenar el hueco comunicativo. A veces incluso tiene la “expectativa de telepatía” por la que ella se ve en la obligación de descifrar lo que él está pensando.

2. Se aísla de mal humor para manipular: cuando en la situación anterior la mujer pide intimidad, respuestas o conexión él impone distancia. Este aislamiento puede ser físico o mental. El objetivo es seguir controlando las reglas del juego.

3. Te dice o te transmite, de alguna manera, que él lo hubiera hecho mejor. Él se pone medallas por cada cosa que hace y a ti te ningunea negándote el reconocimiento que mereces.

Estas estrategias suelen conducir al “hambre de afecto” y te puedes ver a ti misma mendigando el afecto que se te está negando, con las consecuencias negativas para tu autoestima que esto conlleva.

4. ¡Si me lo hubieras dicho de otra manera!: parece que él quiere negociar la resolución de alguna situación pero en realidad no está dispuesto a moverse de su posición. Como mucho puede hacer “concesiones”. Como está mal visto ser inflexible habla del tema hasta que decide dejar de hablar, entonces es cuando la mujer pierde los nervios y él se aleja culpándola por sus malas formas. Ella se siente culpable y encima termina pidiendo perdón y asumiendo la posición del él.

5. ¡Exageras! ¡Estás loca!: el hombre se coloca como juez y fiscal atento a la culpa de ella. Nunca se siente culpable ni asume ninguna responsabilidad de lo ocurrido. La mujer es responsable de la irritación que siente por ser juzgada y condenada por no ser como “debería ser” y se la responsabiliza, también, por lo que a él le pasa.

6. “No me lo dijiste”, “Es tu culpa”, “Si, pero”: esta estrategia sirve para diluir su responsabilidad echando balones fuera en momentos en el que se le reclama algo que no ha hecho o ha hecho mal.

7. “No sirvo para eso”, “No puedo controlarme”, “Es imposible para mí”, “Se me olvidó pero no he tenido mala intención”: consiste en hacerse el tonto (y el bueno) para eludir la responsabilidad por sus actitudes injustas, su desinterés por cambiar o por tener en cuenta a la mujer.

8. “¿Dónde has dejado…?: según Luis Bonino, en realidad él no sabe dónde ha dejado algo, pero es más fácil decir que la responsable del error es ella.

Estos micro machismos tienen como consecuencia, en mayor o menor medida, que la mujer se vea obligada a hacer un sobreesfuerzo psicofísico, por eso te sientes agotada. También se va perdiendo poder personal. En esta situación, muchas mujeres optan por utilizar “la mano izquierda” porque no se sienten legitimadas para usar “la mano derecha”.

Otra consecuencia es la “tontificación”, como lo llama Bonino, que consiste en el bloqueo o disminución de la valentía, la crítica, el pensamiento y la acción eficaces, la protesta válida y el proyecto vital.

Por si esto fuera poco, los micro machismos también originan un deterioro variable de la autoestima de la mujer y de su autocredibilidad. Producen sentimientos de incompetencia, derrota, distancia emocional o impotencia.

Y como bien dices, la mujer muchas veces termina pidiendo disculpas porque ante el malestar difuso, la irritabilidad crónica y un hartazgo “sin

motivo“ de la relación se sienten culpables porque no perciben el origen, esas peligrosísimas termitas casi invisibles que son los micro machismos.