Un camión de la basura daña por accidente la estatua dedicada a Lorca en la plaza de Santa Ana de Madrid
Un camión municipal de la basura ha dañado accidentalmente en las últimas horas la escultura dedicada al poeta y dramaturgo Federico García Lorca en la céntrica plaza de Santa Ana de Madrid, frente al Teatro Español. Fuentes municipales han confirmado que la escultura no ha sido vandalizada, pese a que sucesos previos y algunos comentarios de usuarios en redes sociales apuntaban en esa dirección. En esta ocasión ha sido dañada de forma accidental por un camión de la basura, según recoge Europa Press. Parte de la lápida en la que puede leerse Madrid a Federico García Lorca se ha roto y ha caído.
Situada en el Barrio de las Letras desde 1984, la escultura es obra de Julio López Hernández. Cuando se cumplieron 50 años del estreno de Yerma, el entonces director del Teatro Español, Miguel Narros, pidió al consistorio un monumento que recordase al poeta frente a este icónico equipamiento cultural del centro de la ciudad. El resultado es una escultura a tamaño natural de Lorca, que sujeta en la mano una alondra a punto de volar para posarse en el teatro.
Precisamente dicha ave fue sustraída en agosto de 2022, en lo que sí fue un acto de vandalismo. No fue hasta mayo cuando el Ejecutivo municipal que dirige José Luis Martínez-Almeida la repuso. Homenajes similares al autor de La casa de Bernarda Alba han sido objeto de ataques en Granada, donde apareció con una cruz gamada en la frente, o en Santiago de Compostela, que acoge una estatua del escritor a la que unos vándalos arrojaron pintura blanca.
Después de la desaparición de la alondra, el Gobierno de Cibeles contactó con Esperanza y Marcela López Parada, hijas del escultor y autor de la obra, fallecido en 2018. Ellas comunicaron la existencia de la pieza en resina de poliester en el taller del escultor y colaboraron en el restablecimiento del estado original de este emblema cultural de la capital.
Los trabajos consistieron en el positivado en cera desde molde del original, la ejecución de moldes cerámicos y fundición de la pieza en bronce, el posterior repaso de defectos y la soldadura de la pieza en el monumento situado en la plaza de Santa Ana. Ahora, la escultura de Lorca se encamina a una nueva reparación que parece interminable, como si representase una herida imposible de cerrar.
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