La estación de Madrid-Chamartin Clara Campoamor luce desde el pasado sábado 4 de febrero una nueva estampa que combina renovación con la recuperación de uno de sus espacios más históricos: el vestíbulo subterráneo de Cercanías, bajo las vías de la cabecera norte, que estuvo operativo entre 1978 y 1987.
Con una imagen muy diferente a la que presentaba en los años de la Movida, la estancia persigue eso sí el mismo objetivo para el que fue diseñada: facilitar el tránsito de los viajeros por la estación. Así, según informa Adif, los usuarios de Cercanías cuentan ahora con una nueva conexión directa y accesible entre andenes y con el Metro de Madrid.
Se trata de un recinto amplio y diáfano de 2.376 metros cuadrados, dotado de escaleras mecánicas y ascensores. Conecta los andenes entre las vías 1 y 13 de la estación, que prestan servicio a los trenes en ancho ibérico de Cercanías, Media y Larga Distancia. Enlazará también con el futuro paso inferior para los viajeros de alta velocidad, de manera que recorrerá transversalmente la playa de vías y conectará la alta velocidad con las redes de Cercanías y Metro de Madrid. Con ello se reforzará la conexión con otros modos de transporte público y el carácter multimodalidad en la estación.
La remodelación ha implicado demoler parte de las marquesinas de los andenes 1, 2, 3, 4, 5 y 7 e instalar otras, así como ejecutar nuevos pilares en la zona del prevestíbulo. Además, se ha creado una entreplanta para albergar los cuartos técnicos y se han derruido falsos techos y otros elementos. Se ha llevado a cabo asimismo una reforma de las escaleras fijas en paralelo a la instalación de las mecánicas y los ascensores. También se ha desarrollado una prolongación y adecuación de las galerías y se han creado nuevos pasos inferiores para reforzar las salidas de emergencias. Los acabados del vestíbulo se han actualizado para darle una imagen más contemporánea.
Esta actuación forma parte de un conjunto de trabajos en Chamartín con una inversión total de 326 millones de euros, que busca convertirla en un nodo estratégico de movilidad, como respuesta además al proceso de liberalización del transporte de viajeros. Para ello se han tomado otras medidas: la duplicación de la capacidad para la alta velocidad y la superficie del vestíbulo principal hacia el norte, este y sur; la remodelación de 13 vías y andenes destinados a Cercanías; así como la construcción de un nuevo paso inferior bajo las vías de alta velocidad, que conectará con el nuevo vestíbulo facilitando el paso de los viajeros de alta velocidad hacia Metro y la comunicación andenes.
Es el primer paso antes de una remodelación integral de toda la estación y de su entorno urbano, como parte unas obras de mayor envergadura con un presupuesto que Adif estima superior a los mil millones de euros.