La Comunidad de Madrid presentó en febrero del año 2018 su proyecto para levantar la mayor zona verde de Chamberí en lugar del gran campo de golf que Esperanza Aguirre construyó sobre terrenos del Canal y que fue anulado por los tribunales, que lo consideraron ilegal.
En esos momentos Cristina Cifuentes presidía el gobierno regional y Ángel Garrido el Canal de Isabel II. Ambos eran partidarios de compensar a los vecinos de Chamberí con un gran proyecto, después de años de lucha en los tribunales y en las calles contra unas instalaciones que nadie había pedido y que la justicia tumbó. Por ello les permitieron diseñar el nuevo parque junto a los técnicos de la Comunidad de Madrid. El parque que quieren los vecinos, tituló la nota de prensa oficial.
Mientras la presidenta y su vicepresidente se hacían fotos con los chamberileros y publicaban el vídeo de cómo quedaría el parque, otros miembros del gobierno del PP intentaban aplacar el enfado de algunos de sus votantes al ver cómo se demolían las instalaciones del golf. Era el caso de una entonces desconocida Isabel Díaz Ayuso, por entonces viceconsejera de Presidencia y Justicia en el gobierno regional.
“A mí me gustaba tal y como estaba”, le contestaba a uno de los críticos con el derribo, quien le recordaba las miles de licencias que tenía el golf en Madrid. “De hecho aprendí allí a jugar”, le añadía Ayuso en un mensaje en el que mostraba sus preferencias por el golf en lugar del parque abierto el pasado domingo. “No es la Comunidad sino una sentencia la que decide que el campo de prácticas debe tirarse abajo”, le justificaba.
También arremetía la ahora presidenta regional contra las asociaciones que, mediante sus recursos en los tribunales durante más de una década, habían conseguido declarar ilegal el campo de golf, por haberse construido sin licencia ni declaración de impacto ambiental.
Ayuso achacaba la deriva judicial del caso a “la manía que tienen al golf los que pusieron la denuncia, que son las asociaciones afines al PSOE”. Entre los denunciantes se encontraban El Organillo, Corazón Verde y Parque Sí, las dos últimas creadas expresamente por decenas de vecinos a título particular para luchar por su parque.
El discurso de Ayuso sobre el parque ha cambiado de forma radical a una semana de las elecciones, con la apertura al público de la mayor zona verde de Chamberí, que se ha acelerado -hay algunas partes aún en obras- para llegar a los comicios con las instalaciones en funcionamiento.
En un tuit publicado este domingo, durante el primer día de apertura del parque, la presidenta regional saca pecho del que considera “un nuevo pulmón verde” en la capital. Varias personas contestaban a esta publicación recordando sus preferencias golfísticas y que su gobierno había abierto el parque obligado por la justicia. Otros le recordaban que excompañeros de su partido como Ignacio González se encuentran en la cárcel por adjudicaciones ilegales ligadas a las instalaciones del golf.
Para demostrar la entrega actual del PP hacia el nuevo parque, miembros del partido en Chamberí llevan dos días repartiendo propaganda electoral de Ayuso asociando su imagen de campaña a la del nuevo parque.
Varias dudas se ciernen en torno a este parque, una vez que pasen las elecciones. Queda por saber la forma de gestión de las instalaciones deportivas, que este domingo quedaron a uso libre pero que se encuentran al lado de otras que actualmente se explotan mediante una concesión privada. También lo que pasará con uno de sus espacios centrales: la pradera verde de 5.000 metros cuadrados, ideada por los vecinos para uso libre y que este domingo ya temían que pudiera ser alquilada para eventos privados.