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El colegio de lujo autorizado por Ayuso en el Hospitalillo de Chamberí inicia obras y solicita la tala de árboles

Nuevo impulso a la transformación en colegio de lujo del histórico Instituto Homeopático de Chamberí y el Palacete del Marqués de los Salados, en cuyas estancias la Comunidad de Madrid invirtió tres millones de euros durante el mandato de Esperanza Aguirre. La necesaria tramitación de un Plan Especial de protección (mucho más largo, detallado y difícil de obtener que una licencia habitual) debido a la condición de Bien de Interés Cultural (BIC) del conocido como Hospitalillo de Chamberí ha postergado las obras de calado, pese a que la nueva empresa propietaria mantiene su intención de iniciar clases en septiembre, con el arranque del próximo curso.

Ahora el proyecto está cerca de materializarse ya que, según fuentes del Área de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento, “el plan está en tramitación”. No obstante, Somos Madrid ha comprobado de primera mano que los trabajos han comenzado antes incluso de su aprobación. “Tienen una licencia para obras de consolidación, conservación y restauración, independiente del cambio de uso que se tramita con el Plan Especial. Esta licencia no autoriza la implantación de ninguna actividad, solo las obras mencionadas”, puntualizan desde el consistorio.

Aunque el proceso no ha terminado de reactivarse, la promotora EG 3 & 5 S.L., creada ex profeso para la gestión del recinto (no en vano las siglas se corresponden a la dirección del inmueble: Calle Eloy Gonzalo, números 3 y 5), ya ha solicitado al Ejecutivo municipal que dirige José Luis Martínez-Almeida modificaciones en la parcela que “no se han autorizado” por el momento, adelantan fuentes municipales. Según documentación a la que ha accedido este diario, se trata en concreto de la tala de siete árboles y el trasplante de un olivo en la parte trasera del edificio principal, donde en un principio planteaban instalar varias plazas de aparcamiento.

Sin embargo, un plano más reciente de la reforma presenta una remodelación todavía mayor de este sector de la parcela, con la instalación de una pista de baloncesto que implicaría una tala más intensa o, al menos, una reorganización del arbolado. Este jardín trasero no está incluido en la protección del inmueble, a diferencia de la zona verde delantera y el huerto interior.

La memoria del primer proyecto de rehabilitación, descartado por la delegación de Desarrollo Urbano del consistorio ante la necesidad de un Plan Especial, ya proponía la reducción del área ajardinada en el Hospitalillo de Chamberí, el distrito con menos zonas verdes de Madrid. El Plan General de Ordenación Urbana de Madrid establece que el 50% de la superficie del terreno deberá destinarse a este tipo de espacios, lo que en el caso del Homeopático corresponde a 1940,75 metros cuadrados. El proyecto se agarraba a ese margen para que los actuales 2.760 metros cuadrados verdes se quedaran en unos 2.300, una reducción cercana al 16%.

Matrículas de cinco dígitos sin cubrirse

EG 3 & 5 gestiona el Hospitalillo en el que Brewster Madrid, filial de la escuela privada estadounidense de alto standing Brewster Academy, planea empezar las clases a partir de septiembre. La matrícula anual del centro tiene unos precios que varían entre los 10.202€ para alumnado de 5 a 6 años y los 22.070€ para el último curso (16-17 años). Durante el primer año de actividad no se ofrecerán becas, mientras que a partir del segundo se ofertarán “con carácter limitado”, según el propio centro. El perfil del estudiantado es tal que su próximo colegio planificado en Madrid se ubicará en la urbanización de lujo La Moraleja, en el municipio de Alcobendas, con objeto de arrancar sus clases en otoño de 2024 incorporando un programa de internado.

Pero el volumen de matriculaciones no está siendo todo lo intenso que los administradores del inmueble esperaban. Aunque Brewster fijó en un principio la fecha límite para enviar la solicitud el pasado 1 de febrero, actualmente el proceso sigue abierto y no aparece ningún plazo máximo establecido. Sin embargo, fuentes del colegio confirmaron a este medio que mantienen la idea de iniciar las clases en septiembre, con todas las estancias acondicionadas y a pleno rendimiento. “Tenemos confianza en que estará listo al 100%”, aseguraron, pese a la ampliación de la matriculación y a seguir sin un permiso de obras integrales para intervenir en este BIC.

Brewster Madrid ha intensificado su actividad en redes las últimas semanas para tratar de cubrir plazas. En una de sus más recientes publicaciones en Instagram, llegan a compartir un tour por lo que un día fue el Hospitalillo, donde pretenden ubicar las aulas de Educación Infantil y Primaria. Muestran también el patio, en el que instalarían “zonas para comer, jugar al baloncesto...”. No se adentran en el Palacete del Marqués de los Salados, donde tendrán lugar las clases correspondientes a Secundaria y Bachillerato. A la pregunta de una usuaria sobre la posibilidad de “un tour por el interior del edificio para los grupos más mayores”, desde Brewster contestan que “todavía se están produciendo reformas en su interior” y avanzan que lo dejarán ver “lo antes posible”.

El clip concluye con la promesa de “traer nueva vida a estos preciosos espacios”. Sin embargo, la cesión del Hospitalillo ha chocado frontalmente con los partidos de la oposición en el Ayuntamiento y la Asamblea de Madrid. Más Madrid incluye en su programa electoral la “defensa del bien patrimonial que encarna el antiguo Instituto Homeopático como dotación pública para el distrito [Chamberí]”.

También se ha manifestado en contra muchos vecinos. Es el caso de Mercedes Arce Chiqui, de la Plataforma Parque Sí en Chamberí. “Aquí hay una tremenda falta de dotaciones. Una de las propuestas que planteamos es que en el edificio se monte una escuela de música o baile. Muchas personas mayores también piden una residencia que les sea más cercana. La pérdida sería enorme a muchos niveles: visual, de zonas verdes, de barrio y como posible equipamiento”, expuso en declaraciones a Somos Madrid.

Cesión privada después de una gran inversión pública

El otro motivo de indignación ha sido traspasar a manos privadas un inmueble donde el Gobierno autonómico de Aguirre, a través de la Dirección General de Patrimonio Histórico que entonces lideraba Almeida, desarrolló entre el 2006 y finales del 2009 obras de rehabilitación y restauración integral por un importe total cercano a los tres millones de euros. El hoy alcalde llegó a afirmar que “no se podía dejar perder un edificio como este”. Las mejoras fueron financiadas con la participación de la Fundación Cultural de Caja de Madrid, por aquel entonces gestionada por la Comunidad mediante un convenio, y culminaron en 2010 cuando la exdirigente madrileña, el ahora regidor de la capital e Ignacio González inauguraban el edificio reformado.

El área de Patrimonio de la Comunidad de Madrid dio en diciembre el visto bueno a una modificación de su uso, de privado-sanitario a educativo, que facilitó la venta a EG 3 & 5 y, por extensión, la llegada de Brewster. A este espaldarazo del Ejecutivo que lidera Isabel Díaz Ayuso (cuyo Gobierno ha entregado otros 13.068 euros a los nuevos propietarios para los trabajos en el edificio), hay que sumar el del Ayuntamiento de Madrid: no ejerció su derecho preferente de tanteo ante la oferta de alquiler con opción de compra de la empresa que tiene ahora la titularidad del recinto.

El Hospitalillo de Chamberí fue construido entre 1873 y 1878, gracias a una suscripción popular de los vecinos de la capital encabezada por el Dr. José Núñez y Pernía, primer Marqués de Núñez. Un hospital de beneficencia que contribuyó a salvar un elevado número de enfermos cuando, a finales del siglo XIX, epidemias de tuberculosis o cólera causaban estragos entre la población de Madrid. Mantuvo su actividad hasta el inicio de la Guerra Civil en 1936 y su cierre definitivo se produjo en 1980. La última dueña perteneciente a la dinastía familiar, María José Fernández Rodríguez (actual Marquesa de Núñez), batalló por su propiedad frente a otros parientes. En cuanto los tribunales fallaron a su favor, vendió el inmueble a la inmobiliaria que ahora trata de ejecutar su conversión en colegio de lujo.