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El colegio de lujo de Chamberí admite que estuvo abierto un curso completo sin la licencia que ahora le otorga Almeida

El colegio de lujo Brewster, en la antigua sede del Hospitalillo de Chamberí.

Guillermo Hormigo

Madrid —

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El colegio de lujo Brewster Madrid, asentado en el edificio protegido que albergaba el antiguo Hospitalillo de Chamberí en la calle Eloy Gonzalo, ha reconocido en un comunicado que el centro ha funcionado desde su apertura en septiembre de 2023 sin la pertinente licencia de funcionamiento.

“El pasado mes de agosto, Brewster finalizó las modificaciones requeridas e informó al Ejecutivo local del fin de las obras en sus instalaciones, solicitando a su vez la licencia de funcionamiento necesaria para poder iniciar el curso académico 2024-2025. Por su parte, el Ayuntamiento de Madrid le ha hecho entrega de la licencia de funcionamiento, por lo que Brewster Madrid continuará con el desarrollo de su innovador programa educativo”, explica la entidad en una nota de prensa difundida a los medios de comunicación.

El centro educativo presume así de la regularización de su situación, a la par que admite el desarrollo irregular de la actividad en su primer año de vida. La entidad también indica que ha profundizado en las obras sobre este espacio protegido y catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), en el que antes de su cesión privada la Comunidad de Madrid había invertido más de tres millones de euros públicos entre los mandatos de Alberto Ruiz-Gallardón, Esperanza Aguirre e Isabel Díaz Ayuso: “Durante los meses de verano, el colegio ha completado las mejoras requeridas por el Ayuntamiento para acondicionar las instalaciones del histórico palacete del Marqués de Salados y antiguo Instituto Homeopático y Hospital de San José para que su alumnado y empleados puedan permanecer en el emblemático edificio durante su periodo educativo”, apunta el escrito.

La regularización llega mientras el colegio sigue sin sufrir consecuencia alguna por las obras acometidas y por el inicio de su actividad sin contar con los permisos oportunos. Fuentes oficiales de la propia Brewster Academy International confirmaron en agosto a elDiario.es que la entidad no ha abonado hasta ahora la sanción de 100.000 euros interpuesta por intervenir el inmueble sin el permiso municipal oportuno. De hecho, la empresa maniobra para esquivarla: “La multa está recurrida. Ahora es trabajo del juez asignado decidir al respecto”.

La cuantía impuesta por el Gobierno de José Luis Martínez-Almeida podía reducirse hasta los 60.000 euros si la entidad infractora reconocía la sanción, pero no fue así y Brewster decidió recurrir en los tribunales. El colegio de lujo busca ganar tiempo, pero también llegar incluso a eliminar la sanción interpuesta por el Consistorio. Todo dependerá de la decisión del un Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Madrid. Previamente, la Agencia de Actividades municipal, dependiente del área de Urbanismo, impuso una infracción “grave” al colegio porque funcionó con un uso dotacional educativo privado que era “incompatible con la normativa urbanística vigente”.

La escuela estuvo abierta sin licencia desde el inicio del curso pasado, en septiembre de 2023, y hasta finales de noviembre. Sus responsables optaron por empezar las clases con el plan especial necesario para su puesta en marcha todavía en tramitación: el pleno municipal no lo aprobó hasta el 28 de noviembre de 2023, cuando ya pesaba incluso una orden de cierre sobre el recinto.

Un enfado del Ayuntamiento sin consecuencias materiales

Ese mismo mes el concejal presidente de Chamberí, Jaime González Taboada, informó en un pleno de la Junta del distrito de que las obras ejecutadas en este centro escolar no contaron con el informe preceptivo de la Comisión de Patrimonio. Por ello, se fijó una fecha de cierre, que fue finalmente el 11 de diciembre. El edil justificó el margen temporal “porque hay muchos niños y hay que buscarles otros colegios”.

Pero Brewster logró evitar el cierre in extremis, en aquella ocasión también acudiendo a los tribunales. Su objetivo, finalmente cumplido, era que los funcionarios municipales no lograran ejecutar la parálisis de las clases por falta de licencia, una vez que el plan especial ya estaba aprobado.

La oposición acusó al colegio de haber efectuado obras ilegales para adecuar el antiguo Hospitalillo de Chamberí a su nuevo destino antes de que dicho plan especial fuera aprobado. Sobre este extremo no se acabó comunicando finalmente ninguna sanción. Brewster intervino sobre un jardín protegido, taló parte del arbolado para instalar aparcamientos y reformó radicalmente los interiores de esta construcción protegida y reconocida como BIC.

La multa llegó después de que el PSOE municipal alertara sobre estos incumplimientos. “Me congratula ver que las infracciones urbanísticas se están sancionando”, declaró a Somos Chamberí el concejal socialista que se encargó de denunciarlo, Antonio Giraldo. “Lamento que, en una sanción que han catalogado como grave, se opte por la horquilla más baja de lo sancionable, en torno a los 60.000-100.000 euros, cuando pueden sancionar con hasta 500.000 o 600.000 euros”, expuso sobre la cuantía fijada.

También se preguntaba Giraldo “cuántos casos que no conocemos no se están sancionando y qué otras infracciones se están cometiendo en otros lugares”. Cree que “la disciplina urbanística en Madrid no funciona muy bien” y que la Comunidad de Madrid “también debe sancionar por haber hecho obras irregulares sobre un BIC, en un edificio tan simbólico de Chamberí”.

De la inversión público a un centro privado de élite

El antiguo Instituto Homeopático y Hospital de San José, donde la Comunidad de Madrid invirtió más de tres millones de euros para su rehabilitación, está ahora gestionado por Brewster Academy Spain S.L. Esta empresa ha instalado en él una escuela de alto standing, en línea con otros centros internacionales de la marca Brewster. No en vano, planean aterrizar también en el lujoso barrio de La Moraleja (en el municipio madrileño de Alcobendas) y en Murcia. Las matrículas anuales van desde los 6.000 euros para alumnado de 3 a 4 años hasta los 22.344 para el último curso (entre 17 y 18 años).

Pese a carecer de licencia de obras y de un plan especial iniciado, sus impulsores empezaron a buscar alumnos a principios de año. Sin embargo, pronto se comprobó que los plazos eran muy ajustados, debido a que la condición de BIC del edificio obligaba a postergar obras de calado por la necesidad de aprobar el citado plan especial.

La preparación de las aulas exigía algunos trabajos que se desarrollaron durante primavera y verano, según pudo constatar Somos Chamberí. Sus responsables achacaron los retrasos a la “parálisis de la administración”, aunque la tramitación del plan especial fue especialmente ágil en su caso, comparado con otros tiempos administrativos similares en la misma ciudad.

El edificio del Homeopático fue construido entre 1873 y 1878 gracias a una importante suscripción popular de los vecinos de la capital, encabezada por el primer Marqués de Núñez. Un hospital de beneficencia que contribuyó a salvar un cuantioso número de enfermos cuando, a finales del siglo XIX, epidemias de tuberculosis o cólera causaban estragos entre la población de Madrid. Mantuvo su actividad hasta el inicio de la Guerra Civil en 1936 y su cierre definitivo se produjo en 1980. A ello siguió una agria disputa familiar y nobiliaria por su propiedad, en la que la Justicia acabó dando la razón a María José Fernández Rodríguez, Marquesa de Núñez, cuyo objetivo fue desde un inicio ceder el inmueble para obtener la mayor rentabilidad.

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