Las ovejas pastan por los alrededores del Cuartel de la Guardia Civil situado en Chamberí, allá por el año 1936. La imagen, de menos de un siglo de antigüedad, remite a un Madrid de otras épocas, en las que la ganadería tenía más importancia. En la primera mitad del siglo XX, a las puertas de la guerra, la presencia de ovejas en la ciudad era ya poco habitual y restringida a las afueras, como era entonces la calle Guzmán el Bueno, que se desdibujaba entre las lomas del tramo que va desde el cruce con Joaquín María López hasta San Francisco de Sales.
Hoy, repetir esa foto es imposible, porque sobre el lugar desde el que se tomó se construyó el llamado Parque de las Naciones, una pequeña zona verde privada con numerosos edificios de viviendas y oficinas que dan a la calle Max Aub. Los antiguos cuarteles se reconstruyeron después de la guerra y se han convertido en la Dirección General de la Guardia Civil, que ha añadido una manzana de forma triangular a la parte derecha de la imagen, hasta lindar con la calle Francisco de Sales. Todo el entorno está totalmente urbanizado y relativamente allanado.
El cuartel de la Benemérita estaba situado en el cruce de la vereda de Amaniel con el camino de Aceiteros. Tenía los antiguos terrenos que ocupaba el vivero municipal al norte y el Tercer Depósito del Canal de Isabel II un poco más al sur. Varios canales de agua procedente de la sierra discurrían por la zona y al fondo se divisa un edificio eclesiástico por la zona de Cuatro Caminos. Los restos del antiguo cementerio de San Martín también se encontraban, esperando albergar en un futuro el Estadio de Vallehermoso.
La imagen de un Madrid todavía rural es, en cualquier caso, engañosa, ya que por aquel año la ciudad se había expandido mucho: en Tetuán había abundante población y viviendas en todos sus barrios y Chamberí estaba casi construido al completo salvo esta zona que rodeaba las casas de la Guardia Civil y que corresponden al actual barrio de Vallehermoso. Los edificios llegaban hasta la actual Donoso Cortés y también había viviendas en torno a la Colonia Metropolitana, por lo que este campo era el único que todavía conservaba el distrito.
Hoy, la esquina de Max Aub (antes General Dávila) con Guzmán el Bueno es una zona eminentemente residencial, a los pies de una calle por la que circula abundante tráfico de paso y por la que caminan pocas personas. Muchos de ellos (el 36%) tiene más de 65 años y tal vez alguno de los más mayores todavía recuerde cuando, en su infancia, paseaban ovejas por los campos de lo que ahora es su casa.