La Guerra Civil española dejó estampas horribles en Madrid, pero también otras imágenes curiosas, irrepetibles, que hoy se pueden mirar con extrañeza. Es el caso de la famosa imagen de la Puerta de Alcalá con la cabeza de Stalin y la frase “Viva la URSS” o esta de Lenin que publicamos de la glorieta de Bilbao, en el límite entre Chamberí y Malasaña.
Ambas se colocaron hace hoy 80 años, para celebrar el 20 aniversario de la Revolución Rusa (que acaba de cumplir un siglo estos días). La estatua del lider soviético medía nada menos que 12 metros y se sujetaba sobre una estructura con forma de prisma en la que se ensalzaban las virtudes de la clase obrera.
El monumento se colocó en el lugar donde estaba la estatua de Juan Bravo Murillo y que ahora ocupa la fuente que sirve para adornar y ordenar el tráfico de la glorieta. La figura de Bravo Murillo fue llevada posteriormente a la entrada de las instalaciones del Canal de Isabel II, en el cruce de la calle que leva su nombre con José Abascal.