El Beti Jai no tendrá cubierta, de momento. El proyecto que había sido elegido para su remodelación mediante un concurso organizado por el COAM junto al Ayuntamiento de Madrid ha sido descartado por “no quedar garantizada la preservación del bien cultural”, explican fuentes municipales al diario El Mundo, que hoy publica el decreto que anula la adjudicación del proyecto a los ganadores del concurso sobre este espacio de la calle Marqués de Riscal, levantado en 1894.
El consistorio ha decidido “no adjudicar el concurso de proyectos con intervención de jurado para la adecuación y rehabilitación del edificio Beti-Jai y, en consecuencia, no proceder a la declaración de ganador y finalistas del concurso”, reza el texto publicado por el rotativo. De esta forma, el proyecto Bizitza berria, que fue declarado ganador del concurso de ideas para la reforma del histórico frontón de Chamberí, se quedará solo sobre el papel y no se transformará en realidad debido a la anulación del Plan Especial, fruto de una demanda judicial interpuesta para impedir la construcción de un techado sobre este espacio.
El proyecto ganador incluía “proyectar una estructura ligera que no interfiera en la percepción interior del edificio, siendo consciente de que siempre se verá afectada”, explica la memoria del proyecto antes de detallar todos los detalles técnicos de la cubierta. Contra este nuevo cubrimiento -un añadido al original, que nunca estuvo techado- se declaró en contra la asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio y la plataforma Salvemos el Beti Jai, así como también el PSOE. Las primeras presentaron un recurso judicial financiado mediante un crowndfunding, mientras que los socialistas presentaron otro que fue anulado por el TSJM el pasado mes de diciembre. Ciudadanos también recurrió en diciembre el concurso ante el Tribunal de Contratación de la Comunidad de Madrid.
Según los planos que ahora han sido desechados por el Ayuntamiento, se apostaba por conservar el resto de elementos estructurales sin apenas alteración y añadir el 10% de edificabilidad bajo la cancha de juego. Allí se iban a alojar las instalaciones del edificio para evitar colocarlas sobre la cubierta y un futuro gimnasio de 323 metros cuadrados. La propuesta se complementaba con una posible sala de exposiciones en la segunda planta y “pequeñas áreas de cafetería” en todos los pisos.
Ahora, el futuro del Beti Jai está en el aire y, a tres meses de las elecciones, el Ayuntamiento estudia cómo dejar cerrado un proyecto sobre el que ha acometido numerosos trabajos de recuperación, debido al mal estado en el que se encontraba cuando fue adquirido por la ciudad, en el 2015, después de 30 años de abandono. Fuentes municipales han declarado a El Mundo que “el objetivo es contar con un usuario que, junto al Ayuntamiento, se encargue de los usos deportivos y culturales del edificio”. Su intención es que esta opción esté encaminada antes de las elecciones.