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Familias de Chamberí y el equipo de fútbol del barrio de Malasaña se juntan por los menores tutelados

Uno de los carteles de Un curso en familia en una frutería de Chamberí

Luis de la Cruz

14 de diciembre de 2023 00:15 h

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Es posible que los vecinos de Chamberí se hayan encontrado en su frutería (o en otros comercios de proximidad) con vecinos pegando carteles, invitándolos a conocer la experiencia de acogida de niños tutelados en familia durante el curso escolar.

Chamberí es el distrito donde hay más niños y niñas tutelados por la Comunidad de Madrid. En el distrito hay tres residencias de carácter público (la residencia de Chamberí, la de Vallehermoso y El Valle). Los padres de estos niños (hasta los 16 años) han perdido la patria potestad por diferentes razones y ellos estudian los colegios de la zona, donde a menudo son conocidos por sus compañeros como los niños de la resi.

Desde hace un tiempo, las redes informales del barrio –los chats del cole, el boca a boca o los carteles en las tiendas– son usadas por algunas familias para dar a conocer el programa Un curso en familia junto con asociaciones como ASEAF (Asociación Estatal de Acogimiento Familiar).

 Tras un proyecto piloto durante la pandemia (periodo crítico para los niños tutelados, con las clases y las visitas suspendidas), se puso en marcha la iniciativa, que consiste en dar la posibilidad a los menores en las residencias (normalmente a los más mayores) de pasar voluntariamente el curso académico en el hogar de una familia, sin salir de su colegio habitual ni desvincularse totalmente del entorno de la residencia. Ya estamos en diciembre y hay niños susceptibles de entrar en el programa esperando a que las familias se animen a participar pero la administración no hace mucho por publicitarlo, nos cuentan.

Normalmente, los niños de la resi son compañeros de clase que no pueden ir a actividades extraescolares, asistir a cumpleaños, salir en las fotos de fin curso de la clase…o jugar en equipos deportivos. La Asociación Deportiva Cultural Malasaña (ADCM), equipo del barrio vecino que juega en las instalaciones del Canal en Chamberí, forma parte de la misma red ciudadana que vela desde fuera de las instituciones por la integración de los vecinos menores y tutelados. Hace unos años, José Ignacio Arrufat, entrenador e impulsor de la obra social del club, se dio cuenta de la situación de estos menores. Empezaron a acompañarlos desde la residencia hasta el terreno de juego y a buscar financiación para pagar sus fichas.

El próximo viernes, 15 de diciembre, a las 20 h, la ADC Malasaña presenta su proyecto Que nadie se quede sin jugar, que facilita la participación de los menores tutelados y otros niños procedentes de familias con pocos recursos en sus equipos. Allí estarán Edward (el presi), Jose (el vicepresi), junto con distintas personalidades del mundo del deporte, la cultura, asociaciones con las que han creado su red de apoyo mutuo y toda la rica comunidad que ha ido creciendo alrededor de este singular club deportivo.

Será en Monkey Garage (Santa Brígida,3) y habrá música, vídeos, comida, presentaciones, sorteos, intercambio de material deportivo, venta de marchandasing…Toda una fiesta –presentada por Mabel Lozano– que tiene como objetivo dar a conocer el proyecto, captar socios y “llenar una bolsa social para poder subvencionar a familias con dificultades económicas”.

ADC Malasaña nació en 2010 con sello de barrio, barrio: miembros de las Ampas de los colegios Pi i Margall e Isabel la Católica, Cruz Roja y el Patio Maravillas pusieron en pie una coordinadora para gestionar los entonces equipos de fútbol sala en la liga del Ayuntamiento. Poco después, empezaron en la liga de la RFEF, hoy sus equipos cuentan con más de un centenar de jugadores y este año inauguraron su primer equipo femenino.

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