En casa del herrero, cuchillo de palo. El enorme jardín vertical que se asienta sobre los casi medio millón de metros cúbicos de agua del mayor depósito del Canal de Isabel II se ha secado este verano. Todas y cada una de las 6.600 plantas que fueron colocadas para su inauguración han muerto por una aparente escasez de agua frente al calor, según ha podido comprobar este periódico in situ.
Flores, aromáticas y otras plantas variadas han resultado afectadas por un apocalipsis herbáceo que se extiende a lo largo de los 90 metros de extensión de este jardín que fue uno de los elementos que más llamaron la atención durante la reapertura del Parque Santander, ampliado el pasado mayo después de dos años de obras. Se asienta sobre la antigua zona de tiro de los usuarios del campo de golf levantado por Aguirre, que fue declarado ilegal por la justicia.
La apertura al público de esta nueva zona verde, la más grande de Chamberí, tuvo lugar una semana antes de que Madrid celebrara las elecciones locales y regionales. Llegó después de varias semanas con prisas para acabar unas obras que parecía imposible que llegaran antes de los comicios. El nuevo Parque Santander fue una de las bazas electorales que el PP jugó en este distrito, como muestra la publicidad que sus miembros repartieron con el lema Chamberí ya tienes tu parque y la foto electoral de la presidenta, Isabel Díaz Ayuso.
La propia Ayuso eligió este lugar para pasear durante la jornada de reflexión, ya que no pudo inaugurarlo oficialmente por la prohibición para las instituciones organizar este tipo de actos desde el decreto de convocatoria electoral, casi dos meses antes de su celebración.
Ahora, las miles de plantas que en su día lucían verdes son amarillas y contrastan con el césped de la cercana pradera o los matorrales que ha crecido justo enfrente, cuyo riego parece funcionar correctamente.
Desde el Canal explican que el jardín vertical “se ha visto afectado por las altas temperaturas de los episodios de calor”, en respuesta a las preguntas de Somos Chamberí. “Vamos a sustituir en breve las especies afectadas”, añaden al indicar que posiblemente tenga lugar la semana que viene. También trabajan en el ajuste del control de riego, a la vez que apuntan que el parque tiene mantenimiento continuo en jardinería en el resto de zonas.
“Prisas electorales” con consecuencias
“Es una pena y un dineral tirado a la basura”, comenta Chiqui Esteban de Parque Sí en Chamberí. Su asociación vecinal peleó durante años por conseguir el parque y ayudó al Canal a diseñarlo. En la apertura de mayo celebraron el resultado, pero hay zonas distintas a como se habían planificado que no les convencen.
Los vecinos achacan a las “prisas electorales” el secado del jardín vertical o algunos errores constructivos, que quedaron mal rematados en el momento de la apertura de mayo. Es el caso de las pistas para correr, cuyo tartán rojo y azul ha tenido que ser renovado durante el verano porque se levantó en muchos puntos, pese a que estaba recién colocado.
Esta semana los operarios contratados por la Comunidad de Madrid han cubierto la pista exterior, después de dejar lista la interior durante julio y agosto.
Los vecinos también denuncian que una zona planificada de árboles junto a la entrada por Francisco de Sales no se ha llegado a plantar y denuncian que la mayoría de las nuevas instalaciones deportivas, que se dejaron en uso libre durante los primeros días, fueron cerradas con candado después de las elecciones.
De todas ellas, actualmente solo se puede acceder con libertad a la cancha de baloncesto y la pista de vóley, mientras que la pista infantil de atletismo y la de patinaje, cuyo uso está pensado para niños, permanecen bajo llave. Lo mismo ocurre con el voley playa o el gran campo de hockey hierba.
Además, la zona de juegos de agua inicialmente planificada se ha quedado en un pequeño espacio con chorros, mientras que las piscinas abiertas se han convertido durante la ejecución del proyecto “en un cementazo grandísimo, están desaprovechadas en esa zona porque no sirven para refrescar y son un peligro”, apuntan desde Parque Sí. También reclaman una sombra artificial para las pérgolas que marcan el paso norte-sur, como las existentes junto a las pistas de pádel, “al menos hasta que crezcan las plantas que darán sombra”, apuntan.
El jardín vertical ahora seco ocupa una parte de los 55.000 metros cuadrados del nuevo Parque Santander, abierto con una gran pradera (que ya se puede pisar), un laberinto, juegos infantiles o zonas de descanso. Su construcción fue posible gracias a la lucha vecinal, que durante 17 años peleó en los tribunales por la apertura de un parque en lugar del campo de golf.