Se acabó la espera. Las vallas que ocuparon aceras y calzadas del entorno de la Glorieta de Bilbao durante los dos últimos años han desparecido para dejar paso a los ascensores de Metro de Madrid. En superficie, el cambio es pequeño: ha aparecido uno en el cruce de las calles Luchana y Sagasta. Por debajo, la cosa cambia: otros siete elevadores aseguran la accesibilidad total hasta los andenes de las líneas 1 y 4.
El primer ascensor permite la bajada al vestíbulo, desde donde se accede -una vez pasados los tornos- a otro elevador doble que ejerce de distribuidor hacia los cuatro ascensores de cada uno de los andenes. En todos ellos se ha colocado un luminoso que informa de los tiempos de espera para cada uno de los convoys que llegan a la estación.
Otro de los aspectos que se ha renovado es el techo bajo en algunos de los pasillos de la estación, que se han elevado en los lugares en los que ha sido posible para evitar golpes en la cabeza de los viajeros más altos. Toda la señalética ha sido actualizada para indicar los itinerarios accesibles, y en los tornos de entrada la puerta para carritos y sillas de ruedas se ha colocado en una posición central en lugar de en el lateral.
Metro ha invertido 8 millones de euros en la modernización de esta parada. Las obras han servido para renovar los revestimientos, instalaciones y tecnología que habían quedado obsoletos. También se ha implantado un sistema de impermeabilización de todas las bóvedas para eliminar las filtraciones de agua. Con los ascensores de esta estación y con los de Plaza Elíptica, que también se acaban de poner en marcha, Metro de Madrid cuenta ya con 199 paradas accesibles. El plan que está en marcha desde 2018 instalará ascensores en el 73% de las estaciones.
Al estreno de los ascensores acudió el consejero de Transportes, Ángel Garrido, que estuvo acompañado de un representante del Comité de Representantes de Personas con Discapacidad de la Comunidad de Madrid (CERMI) y de las responsables de la obra, que explicaron a los allí presentes los detalles y las dificultades constructivas.
Recuperación mosaicos históricos
Las obras comenzaron el 16 de julio de 2018 y han acabado ahora, con una remodelación también del interior de la estación que fue inaugurada en 1919, dentro del recorrido de la primera línea del suburbano madrileño. De sus primeros tiempos se ha recuperado durante las obras uno de sus mosaicos publicitarios más antiguos, el de Radioseguro, colocado sobre baldosín blanco, con la cenefa característica de estos primeros comerciales subterráneos, que también pueden contemplarse en el museo de la Estación de Chamberí.
En el la parte central de este espacio se han colocado imágenes de la construcción de la estación, documentos de la época y fotos de los pasillos de acceso al exterior, con cartelería de hace un siglo.
También se ha limpiado y descubierto el mosaico del Puente de Vizcaya que adorna el vestíbulo de la estación y que estuvo cubierto durante las obras para facilitar su conservación. El resto de las instalaciones han sido cubiertas con paneles. Debajo, tal vez, guarden vestigios de otras épocas, como los carteles anuncios que aparecieron durante unas obras de renovación en el año 2015.
Estas son las imágenes de las nuevas instalaciones y detalles de la recuperación de elementos antiguos: