La paciencia del área de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid ha llegado a su límite. El consistorio da 72 horas para que las empresas Lime-S, Wind y Void retiren sus patinetes de las calles de la capital, por seguir operando con cientos de patinetes sin licencia y hacer caso omiso de las advertencias del consistorio sobre su concentración en determinadas zonas de Madrid.
El Ayuntamiento explica que las empresas no han integrado en sus aplicaciones la obligatoriedad de dejar o coger los patinetes en espacios permitidos para su circulación y no en lugares que prohíbe expresamente la nueva ordenanza de movilidad. Calles como la Gran Vía, por ejemplo, están vetadas a estos vehículos. Además, el consistorio estudia obligar a las empresas a operar en determinadas zonas de Madrid si quieren obtener la pertinente licencia para circular.
Si pasadas las 72 horas de plazo las compañías no han retirado los patinetes, será el Ayuntamiento el que se encargue de requisarlos. Actualmente, cientos de estos aparatos operan en la ciudad pese a que solo cuentan con permiso para operar con 20 unidades a modo de prueba, mientras se otorgan las licencias definitivas, informan a Somos Chamberí fuentes del sector.
Requisitos para la licencia de patinetes
Para conseguir la licencia municipal las compañías tienen que cumplir una serie de criterios. El primero es económico: tienen que contratar un seguro de responsabilidad civil, que cubra como mínimo un millón de euros de daños a terceros. Además, todos los patinetes deben acreditar su homologación, estar numerados y deben colocarse en los distritos y áreas geográficas que marque el Ayuntamiento en la licencia correspondiente (al menos un porcentaje determinado al final y al inicio de cada jornada). Es decir, que el consistorio puede pedir a las compañías que repartan sus patinetes y que no pongan el foco solo en Centro y alrededores.
Las empresas se han de comprometer a no permitir el uso de los patinetes “a quienes se encuentren bajo los efectos de cualquier sustancia psicoactiva”, reza la ordenanza, que regula el uso de estos aparatos en sus artículos 179 y 192. Además, se responsabilizan de que “quienes utilicen vehículos de movilidad urbana dispongan de un nivel de habilidad mínimo que garantice su seguridad y la de otras personas y vehículos, debiendo cerciorarse de que conocen las rutas autorizadas y las condiciones de circulación para este tipo de vehículos”.
El Ayuntamiento recuerda que los permisos podrán ser limitados en determinados espacios “por motivos de seguridad vial, seguridad ciudadana, protección del tránsito peatonal u otros debidamente justificados”. También se reserva el establecimiento de un impuesto por la utilización privativa del espacio público, aunque no ha fijado todavía cuál sería esa cantidad.
Pueden circular por la mayoría de calzadas
Los patinetes han acabado erigiéndose como los grandes protagonistas de la nueva ordenanza de movilidad, después de que se haya decidido permitir su circulación por las calzadas del 80% de las calles de la ciudad. Pero tienen prohibido el uso de las aceras para moverse.
De momento, los patinetes eléctricos tendrán vetados los ciclocarriles (carriles limitados a 30 km/h dentro de calles más amplias), pero la nueva norma recoge la posibilidad de que dentro de un año puedan circular por ellos (calles en rojo en el mapa superior), si el Ayuntamiento lo cree conveniente, a través de los pertinentes estudios e informes técnicos. Si sale adelante el uso del casco también será obligatorio para los patinadores en las citadas vías.