La indignación por el ruido de las terrazas sube de volumen en Chamberí: vecinos piden la dimisión de Villacis
Hace casi un año, en octubre de 2020, medio centenar de vecinos se concentraban frente a la Junta de Chamberí para protestar ante la proliferación de terrazas en su distrito. Entonces no eran muchos, aunque sí bastante ruidosos gracias a las cacerolas y platillos que hacían sonar. Este miércoles, su número subía considerablemente con respecto a la concentración de entonces, en una manifestación por el mismo motivo y en el mismo lugar. El volumen también se elevaba, tanto al cantar como a la hora de pedir responsabilidades políticas: el grito de “¡Villacís dimisión!” era uno de los que con más fuerza se coreaba.
“Hace un año había mucha gente que estaba con aquello de lo de ayudar a la hostelería, pero ahora poca gente dice aquello de pobrecitos”, recuerda Pilar Rodríguez, portavoz de la asociación vecinal de El Organillo y una de las impulsoras del movimiento SOS Chamberí, que desde hace meses reclama menos ruido en un distrito residencial que ha pasado uno de los veranos más movidos de su historia, fruto de la multiplicación de las llamadas terrazas Covid.
“Con tanto bar no puedo descansar”, “Almeida, Begoña, más bares ni de coña” y “Así, así protesta Chamberí” fueron algunos de los lemas coreados durante una concentración que coincidió con el pleno de septiembre de la Junta de Chamberí, en el que los vecinos pedían en una proposición la clausura de las terrazas que incumplieran la normativa. Fuera, la protesta desbordaba la acera frente al edificio municipal, se expandía por el parque infantil cercano y hacía huir a los clientes de una terraza aledaña, que se veían en ambiente poco propicio para las cañas de media tarde.
Las asociaciones vecinales de Chamberí se quejan de que nadie les ha llamado para la anunciada mesa de diálogo sobre las terrazas de hostelería y temen que los permisos especiales para los veladores se alarguen más allá de su actual fecha de finalización, el 31 de diciembre. La vicealcaldesa Begoña Villacís apuesta por extender las autorizaciones especiales “dos o tres años más”. En la práctica, esto supondría mantener las más de 5.700 mesas de terraza concedidas durante la pandemia.
La proliferación de estas terrazas ha hecho que en lugares como Chamberí se haya vivido un verano de noches ruidosas en calles que antes eran tranquilas, con 855 mesas adicionales a los del estío anterior a la pandemia. Los vecinos culpan de su insomnio a la manga ancha concedida a la hostelería por parte de Vicealcaldía y están dispuestos a seguir protestando hasta volver a la situación anterior, advierten.
Mientras, les queda protestar, siempre que les dejen: durante la concentración en la plaza de Chamberí, se produjo un pequeño momento de tensión cuando varios policías retiraron una pancarta que rezaba “ruidos no” colocada por los vecinos. “Ya podrían venir cuando les llamamos por la noche”, ironizaba alguno de los participantes en la protesta.
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