Propuesta para proteger las casas obreras centenarias, amenazadas por el proyecto de Milla Canal para Chamberí

El edificio de viviendas centenarias que el Ayuntamiento obtuvo de la Comunidad de Madrid durante el año 2017 en Cea Bermúdez vuelve a estar de actualidad. Una plataforma ciudadana recién creada apuesta por ponerlo en valor y que el consistorio lo incluya dentro de su Catálogo de Edificios Protegidos, con intención de blindar su protección ante posibles proyectos futuros en el entorno.

La construcción, ubicada en la parcela de Cea Bermúdez 2, actualmente no tiene ningún tipo de protección pese a que fue levantada en el siglo XIX, según planos de la época en los que aparece ya en 1885. Su destino era el alojamiento de los obreros del Canal de Isabel II, en el entorno del primer depósito que la entidad abrió en una parcela anexa.

En 2020 las asociaciones Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, Corazón Verde Chamberí y Parque sí pidieron su protección por considerar que se trataba del ejemplo madrileño más antiguo de viviendas obreras para empleados promovidas por una empresa. En aquel momento se estudiaba destinar la parcela a una escuela infantil, un centro de mayores o una biblioteca, lo que hacía temer por la demolición del edificio. Las asociaciones defendían la viabilidad de conservar el edificio para, después de las obras pertinentes, destinarlo a uso público.

Ahora, debido a su ubicación cercana a los terrenos de la compañía de aguas, las casas podrían correr peligro ante el proyecto de Milla Canal anunciado por la Comunidad de Madrid, que busca levantar un pabellón para unos 5.000 espectadores, además de la renovación de las zonas deportivas situadas sobre el primer depósito.

Un grupo de asociaciones vecinales, colectivos y ciudadanos a título individual acaban de crear la Plataforma Canal Sí. Por la recuperación ciudadana de los espacios públicos del Canal de Isabel II (en la página puede leerse su manifiesto). En las primeras reuniones y contactos han hablado de aunar fuerzas sobre temas en relación con el uso público y patrimonial de las infraestructuras del Canal de Isabel II en Madrid en los que venían trabajando por separado –la recuperación del Canalillo Norte, la conservación del Canal Bajo o el uso público de los espacios de la empresa pública en Chamberí–. Su primera actuación es un escrito enviado al Ayuntamiento de Madrid en el que piden formalmente la protección del edificio que alberga las antiguas casas obreras de Canal. A continuación, reproducimos el contenido del documento:

El inmueble es un antiguo edificio residencial construido como viviendas para para empleados del Canal de Isabel II antes de 1885, pues aunque todavía no figura en el Plano de Ibáñez de Íbero de 1879, ya se identifica en el de D. Emilio Valverde y Álvarez publicado en la primera fecha citada como complemento de la Guía del antiguo Reino de Toledo; quedando claramente establecido su uso en el Plano de Madrid y pueblos colindantes editado por el comandante de la Guardia Civil D. Facundo López Cañada hacia 1900, donde se señala el inmueble con el nº513, que en la leyenda corresponde a “Casas para empleados del Canal de Isabel II – Jardines de Bravo Murillo”.

Por su parte, el Canal de Isabel II es la empresa pública más antigua de España, fundada en 1851 y que ya en 1858 inauguró la traída de aguas a la capital. De esta fecha es la construcción del Primer Depósito, al que pronto le siguió un segundo y un tercero. El emplazamiento elegido, que entonces se situaba a las afueras de la ciudad, junto con el funcionamiento ininterrumpido de las instalaciones exigió la construcción de estas viviendas para algunos de sus empleados.

La construcción, que data de antes de 1885, ha sido conservada de momento aunque el mal estado del tejado ha obligado a retirar parte de su estructura y a almacenar una a una las tejas para su posterior colocación si fuera necesario, como se aprecia en la imagen situada bajo estas líneas.

Su antigüedad lo convierte sin duda en una pieza muy singular de la edilicia madrileña, pues es probablemente el ejemplo más antiguo de la capital de viviendas obreras para empleados promovidas por una empresa, ya sea pública o privada; anticipando así un concepto que en el siglo XX se desarrollará en ejemplos urbanos tan destacados como el vecino Barrio de San Cristóbal para los trabajadores del Parque Móvil Ministerial, o en la Ciudad Pegaso, para los obreros de la factoría homónima.

A este indudable interés histórico se suma además el arquitectónico, pues el edificio presenta la solidez constructiva y la claridad compositiva característica de todas las edificaciones históricas del Canal de Isabel II. Está concebido como un conjunto lineal de de seis viviendas adosadas rematado en sus extremos por sendos cuerpos salientes que le dan planta de [ , lo que permite crear un patio delantero delimitado por una magnífica balaustrada granítica corrida, sólo interrumpida por dos parejas de pilastras de mayor tamaño que enmarcan los pasos de entrada.

Las viviendas están ejecutadas en el ladrillo fino aplantillado característico de las construcciones del Canal, con las esquinas redondeadas. Las ventanas y pasos de puerta –rematados en arcos escarzanos- están distribuidos según una rigurosa simetría sólo interrumpida por escasas aperturas posteriores de fácil subsanación; coronándose el conjunto por una cornisa volada corrida, también de ladrillo, apoyada en ménsulas del mismo material que le dan un cierto aire neomudéjar.

La apertura de la calle de Cea Bermúdez no se ejecutó hasta los años cincuenta del pasado siglo; exigiendo un considerable desmonte de tierras que aisló las viviendas, por lo que en 1972 salieron a subasta las obras para el acceso desde esta calle “a las viviendas para empleados del Canal de Isabel II, situadas en los terrenos de su primer depósito de agua”.

JUSTIFICACIÓN DE LA PROTECCIÓN

Desde mediados del XIX, venimos asistiendo a un ensanchamiento del concepto de patrimonio, que ha incluido entre sus sujetos el patrimonio industrial, incluyendo la vivienda obrera y las casas de trabajadores asociadas a centros fabriles, entre otras muchas otras tipologías antaño ignoradas.

El Plan Nacional de Patrimonio Industrial (Documento Base 2001) las incluye explícitamente entre sus áreas temáticas:

“En el Plan de patrimonio industrial tendrán cabida todas las manifestaciones arquitectónicas o tecnológicas de las actividades productivas, distribución de la producción o su consumo (viviendas, almacenes y equipamientos) así como las fuentes documentales (escritas, gráficas y orales), pero siempre dentro del contexto y proceso histórico de que forman parte. De forma orientativa, los elementos por sectores figuran en el anexo I”

Además, contamos con ejemplos reconocidos por el Plan que incluyen en sus complejos y objetos de protección viviendas, como puede ser el Poblado ferroviario de Monfragüe, el Poblado Minero de Fontao o la Colonia Sedó de Esparraguera. En la Comunidad de Madrid encontramos considerado en el Plan el Conjunto Hidráulico del Canal de Isabel II (ver ANEXO V.- CATALOGO MINIMO - Seleccionado por TICCIH-España), y las casas de los trabajadores, insertas en el entorno del Primer Depósito, no pueden entenderse como un elemento ajeno al mismo. Podríamos considerarlas, así mismo, como parte de paisaje industrial tal cómo se refiere el plan: “donde se conservan visibles en el territorio todos los componentes esenciales de los procesos de producción de una o varias actividades industriales relacionadas. Como por ejemplo una cuenca minera”.

Por su parte, la Ley 8/2023 de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, en su artículo 78, reconoce como parte de su patrimonio industrial los conjuntos de viviendas y equipamientos sociales asociados a las actividades productivas.

Aunque las infraestructuras del Canal de Isabel II en Chamberí quedaban dentro de los límites del Ensanche, la especialización de la zona y su cercanía con un extrarradio que crecía más rápido que el Ensanche emanado del conocido Plan Castro hizo que en el momento de la construcción de las casas el espacio fuera concebido como Cuatro Caminos (de hecho, este barrio pertenecía administrativamente a Chamberí). El desarrollo de este Madrid de ladrillo visto no se podría entender con la desaparición de la vivienda obrera. Si bien el concepto de vivienda tradicional se ha entendido habitualmente como más propio del ámbito rural, la historiografía reciente (Hernández Quero, C, 2020 Vorms, Ch. 2022) alude a un desarrollo particular de las periferias urbanas que necesita atender sus propios desarrollos tipológicos.

Por último cabe destacar que la ciudad de Madrid cuenta con un antecedente reciente de ampliación de su Catálogo de Edificios para la inclusión de la arquitectura popular neomudéjar (BOCM del 25 de abril de 2023.) que ha supuesto el reconocimiento de este estilo arquitectónico identitario de Madrid y claramente emparentado con la tipología de vivienda obrera de ladrillo visto que conforma las casas de los trabajadores de Canal. La tipología de vivienda obrera habitual en los extrarradios madrileños de finales del XIX y principios del XX se encuentra, por lo tanto, en un punto importante de revaloración después de décadas de olvido institucional, lo que se suma a los motivos por los cuales consideramos que este edificio debe ser protegido

Sin duda, las casas de trabajadores pertenecen a un tipo de vivienda obrera que recientemente se ha empezado a proteger, entre otras cosas, por constituir la arquitectura tradicional del extrarradio obrero de entresiglos. Testigo de una forma de desarrollo de la ciudad particular en sus vertientes urbanísticas y sociológicas. Que vienen a completar estilísticamente la construcción de centros escolares (algunos en la zona como el colegio Cervantes), hospitales (también como el cercano complejo de la Cruz Roja), conventos, etc.