El reparto del espacio público está en plena redefinición en Madrid. La crisis del Covid-19 está cambiando muchos planteamientos y vecinos, comercios y administraciones discurren cómo será el futuro a través de propuestas, contrapropuestas y críticas abiertas a la manera de distribuir las calles para permitir la difícil ecuación de conjugar el distanciamiento de seguridad y, a la vez, favorecer la actividad económica dañada.
Los hosteleros, a través de su asociación principal (la antigua La Viña, ahora Hostelería Madrid) formularon primero una serie de ambiciosas peticiones al Ayuntamiento, a las que respondieron las asociaciones vecinales exigiendo aún más restricciones. El Ayuntamiento, desde el área de Vicealcaldía, está intentando dar más espacio de terrazas a bares y restaurantes sin modificar la ordenanza, a la vez que pide “comprensión” a los vecinos e intenta minimizar molestias. “El espacio peatonal va a quedar garantizado”, aseguraba este jueves la vicealcaldesa, Begoña Villacís.
Su área baraja ampliar el espacio disponible para terrazas en aceras, esquinas de calles o terrizos de parques, algo a lo que se oponen con firmeza las asociaciones de vecinos y que se encargaron de recordarle a Villacís este miércoles por videoconferencia. Pero hay una opción que también se baraja y que podría ser admitida por los vecinos, una vía para el consenso: llevar la ampliación de terrazas a la calzada.
“Pensamos en utilizar plazas de aparcamiento en coordinación con el área de Movilidad”, admitió Villacís este jueves, algo que llevan ofreciendo a las asociaciones hosteleras desde hace varios días -tengan o no licencia de terraza concedida- según fuentes consultadas por Somos Chamberí. Cambiar coches aparcados por mesas para facilitar la reactivación económica en unos momentos en los que los vehículos se tienen que mover poco (el tráfico se ha reducido entre un 40% y un 70% durante el confinamiento en Madrid) y la restauración está en serio peligro (hasta 100.000 empleos penden de un hilo, según fuentes municipales).
La idea de las terrazas en la calzada la puso sobre la mesa Más Madrid hace un par de semanas y parece que ha calado tanto en Ayuntamiento como en el sector hostelero y entre los vecinos. Con matices. “Cualquiera entiende que hay que echar un cable a todo el sector”, indican a este periódico fuentes de Corazón Verde Chamberí, que apuestan por ceder espacio para las terrazas, pero fuera de las aceras, donde a su entender no queda hueco debido a la actual ordenanza, “demasiado liberalizadora”, indican. Junto a esta organización, Parque Sí en Chamberí también defiende que la hostelería pueda expandir sus mesas de terraza hacia la calzada en el distrito, aunque su idea es que se puedan liberar totalmente las aceras para permitir mejor el paso y asegurar que se cumple la distancia de seguridad, frenando la expansión del coronavirus.
Los hosteleros ven positivo llevar sus veladores a los aparcamientos, como una medida complementaria para recuperar su actividad y el empleo, ya que en muy pocos casos se van a poder mantener sirviendo solo en terrazas, que por decreto estarían limitadas al 50% de la licencia actual, aunque el Ayuntamiento intenta que pueda ampliarse más . “No contemplamos abrir un negocio para trabajar solo la terraza”, explican a Somos Chamberí desde la Asociación de Hosteleros de Ponzano, calle en la que el Ayuntamiento ha contemplado la posibilidad de retirar los coches y permitir a sus numerosos bares llevar veladores a la calzada. Algo que no harán antes de poder abrir también en el interior, en la fase 2 de la desescalada.
Ponzano: no a las barras en la calle
“Si nos permiten colocar una terraza en la calzada, tendría que ser bajo unas estrictas medidas de recogida y cierre por parte de todos, con un horario restringido para molestar lo menos posible a nuestros vecinos, no queremos estar hasta las dos de la madrugada”, explica el presidente de los asociados en Ponzano, David Lorenzo, que agradece el ofrecimiento al consistorio pero que ve todavía lejos la reapertura comercial de la calle: “Barajamos ponernos en marcha entre el 1 y el 15 de junio”, calcula.
Los hosteleros hacen estos días cuentas porque el colocar o no terraza es una de sus menores preocupaciones. De momento respiran porque les han confirmado que podrán desescalar sus ERTES a medida que avance el negocio, pero todavía no saben cómo van a pagar la mayoría de los alquileres sin ingresos ni de qué manera sobrevivirán al verano las zonas como Ponzano, que viven en los meses estivales su temporada baja.
De momento, el Ayuntamiento ha anunciado que les rebajará un 25% la tasa de terrazas a los que la estuvieran pagando, y que les devolverá la parte proporcional cobrada durante el estado de alarma, ya que no la han podido colocar. La ampliación de los veladores está sobre la mesa en áreas sin ZPAE en vigor (Ponzano lo es) y se ejecutará caso por caso, informan desde Vicealcaldía, área desde la que también se ha propuesto que los bares puedan instalar también barras en la calle, como durante las fiestas de distritos. Esto último no convence ni a vecinos ni a muchos hosteleros.
“No contemplamos lanzar barras fuera de los locales habitualmente, bajo ningún concepto”, dicen tajantes los hosteleros asociados en Ponzano, que han renunciado este año a celebrar su tradicional fiesta por la Virgen del Carmen, cuando su calle se peatonalizaba y se sacaban mesas y sillas al centro de la calzada.
¿Ocupar el centro de la calle con veladores por las tardes para dar cenas sería factible?, le preguntamos a David Lorenzo sobre una medida habitual en otras capitales europeas antes de la pandemia. “El concepto de bulevar con terraza podría ser bonito, pues eliminaría el tráfico y los humos parte del día, además de permitir poner más mesas, pero es mi opinión personal y desde la asociación no vamos a plantearlo nunca. Aplicar una idea así tendría que llegar desde las administraciones”, reconoce.
A un mes vista de su reaperura, los hosteleros de Ponzano se preocupan más estos días por ver cómo evoluciona la enfermedad y si habrá pronto menos casos: “Mientras no se solucione es la crisis sanitaria no podremos hacer nada, porque esta va unida a la crisis socioeconómica”, explica mientras habla por teléfono con Somos Chamberí, a la vez que se mueve entre decenas de cajas de alimentos (hasta 5.000 kilos) que llenan el local y que los asociados han reunido allí para donarlas donde más se necesite.
También se preparan para la vuelta a la actividad comprando equipos de protección y evaluando cómo conseguir los tests para sus empleados, además de preparar un decálogo estricto que incluya medidas de seguridad para evitar el contagio y otras de urbanidad para prevenir las molestias a los vecinos, que en los últimos tiempos habían generado importantes protestas. “El que no cumpla el decálogo, será expulsado de la asociación”, asevera Lorenzo.