El Ayuntamiento incluirá un ancho mínimo de la banda de botonadura para evitar problemas de accesibilidad como en Chueca

El Ayuntamiento de Madrid está trabajando en la modificación del reglamento de calle municipal para incorporar en el texto el ancho mínimo que ha de tener el pavimento de botonadura que permite a las personas con discapacidad visual diferenciar acera y calzada.

Así lo indicó ayer miércoles José Manuel Calvo, el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, en la Comisión del ramo cuando respondió a la pregunta formulada por Almudena Maíllo del Valle, concejala del Partido Popular, interesada en conocer qué valoración hacía “sobre las obras en el barrio de Chueca en materia de accesibilidad”.

«El proyecto de remodelación de las calles del entorno de Chueca era un proyecto inicial del Partido Popular de 2015 que tenía previsto iniciarlo y finalizarlo en 2016. Llegó Ahora Madrid y fijaron 1,5 millones de euros, pero como ese presupuesto no se ejecutó se perdió la inversión. Más tarde fue contratado por un importe de 4,2 millones de euros para 2017, adjudicándolo finalmente a la empresa Ortiz por 2,8 millones de euros», explicó Maíllo del Valle, quien también se quejó de la demora de los trabajos.

«Ha pasado más de un año y todavía esas obras no han finalizado. Su área se comprometió a realizarlo en dos fases: la primera en el primer trimestre de 2017 y la 2ª fase para después del WorldPride 2017. Ahora tienen que finalizarlo deprisa y corriendo» para que estén listas antes del Orgullo LGTB 2018, afirmó la concejala del PP.

Calvo aclaró que tanto él como su equipo valoran muy positivamente las obras de remodelación de las once calles de Chueca «no solo en materia de accesibilidad sino también de calidad ambiental y de paisaje urbano. Estas eran calles con aceras que en muchos casos tenían 80 centímetros y no cumplían las más elementales condiciones de accesibilidad, con pavimentos que no se renovaban desde los años 70 y sin arbolado».

Además, se mostró orgulloso de haber ejecutado «un proyecto que no solo mejora la movilidad y la accesibilidad universal sino que incorpora más de 200 árboles, nueva iluminación de eficiencia energética, pavimentos sostenibles y nuevo mobiliario urbano» y de haber dotado al espacio público «de todas las condiciones de calidad básicas de un barrio residencial y a la vez turístico» como Chueca.

Tras recordar a Calvo el paseo que su grupo realizó el pasado 10 de abril junto a CERMI por las obras de Chueca para conocer los problemas de accesibilidad detectados por la entidad, Maíllo del Valle explicó que el principal problema es el pavimento, puesto que aunque «la normativa dice que el ancho de la banda de botonadura debe de ser de 1,2 metros», las que se han instalado son de 20 cm, a pesar de que se pidió que fueran de un mínimo de 40 cm «para que les permitiera a los invidentes reconocer las zonas de peligro y el cambio de pavimento con el bastón».

La concejala del PP Maíllo también denunció que la ONCE tuvo que financiar un estudio para demostrar que una anchura mayor a la elegida no incrementaba el nivel de ruido provocado por los coches al pasar por las acanaladuras, que era el argumento del Gobierno municipal para reducir el ancho de las bandas.

Calvo le respondió que las bandas de botonadura no está reguladas ni en la normativa estatal ni en la autonómica y afirmó que el Ayuntamiento está modificando el reglamento de calles para incorporarlo. Además, aseguró que en la Comisión de Accesibilidad del 21 de octubre, cuando se presentó el proyecto de obras de Chueca, se pidió al Gobierno municipal una banda de acanaladura o similar de 10 centímetros, que el Gobierno municipal amplió a 20, aunque también admitió que posteriormente se pidió que fuera de un mínimo 40 cm.

Además, Calvo aclaró que estas acanaladuras «tienen carácter experimental, porque no están reguladas», que desde el equipo municipal continúan esforzándose para «seguir avanzando en accesibilidad» y que «no tiene sentido revertir» las obras de Chueca una vez iniciadas.