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La basura y la suciedad se apoderan de Chueca y Salesas

Por mucho que el Ayuntamiento se empeñe en negarlo, Madrid está que da asco. El contrato de servicios múltiples –que entre otras cosas cubre la limpieza de las calles y el mantenimiento de los parques y jardines– que tanto se suponía que iba a hacer ahorrar al consistorio y a ayudar a dejar la ciudad más limpia que una patena no ha servido hasta la fecha más que para empeorar considerablemente el estado de las ya de por sí sucias calles de Chueca y Salesas.

Calles llenas de papeles, bolsas y latas de cerveza, bolsas de residuos que no se reco­gen, contenedores de reciclaje en los que no se limpia la basura circundante, orines y excrementos por doquier (caninos y hasta humanos) son el crudo día a día con el que tienen que lidiar los vecinos de la zona y que se ve aún más agravado los fines de semana, cuando los asiduos de los múltiples locales de ocio nocturno y los promotores de los bares de copas toman las calles y los panfletos publicitarios y fluídos corporales de toda índole campan a sus anchas, sin que el Ayuntamiento tome medidas.

«Para terminar de darle un aspecto lamentable al barrio, la pega indiscriminada de carteles publicitarios en cualquier parte (fachadas, bolardos…) y los miles de flyer que inundan las calles –a pesar de que ambos actividades están prohibidas por la ordenanza de publicidad– convierten el paisaje urbano de un barrio con encanto en algo feo y cutre», denuncian desde la Asociación de Vecinos de Chueca (AVChueca).

Unos «niveles adecuados» de limpieza, según el Ayuntamiento

Allá por el año 2011, AVChueca presentaba a la entonces Concejal de Medio Ambiente, Doña Ana Botella, un exhaustivo informe del deplorable estado en el que se encontraba el barrio y que, desde entonces, no ha hecho sino agravarse considerablemente, a pesar de que ella misma se comprometió entonces con las asociaciones vecinales de Centro a implantar un plan específico de limpieza para el Distrito que nunca ha llegado a ponerse en práctica.

El pasado lunes 28 de julio, el Grupo Municipal Socialista de Distrito Centro planteaba en el Pleno de Distrito Centro su inquietud por el estado de limpieza y cuidado de las calles, plazas y lugares de uso común del Barrio de Justicia de la que dan buena cuenta los vecinos y vistantes ocasionales de la zona. Los servicios técnicos del Departamento de Limpieza de Espacios Públicos considera, sin embargo, que los servicios asignados son correctos y que la suciedad el sólo un problema puntual y localizado en zonas concretas, que se limpian en profundidad.

«El Barrio de Justicia es una zona de Madrid con un uso muy intenso tanto durante el día como por la noche. Una de las actividades que afecta más negativamente a la limpieza de la zona es el ocio nocturno, especialmente los fines de semana y principalmente desde la calle Barquillo hasta el Paseo de Recoletos; este hecho genera gran cantidad residuos, manchas y olores característicos de las zonas de botellón, que el servicio elimina con limpiezas intensivas programadas en las zonas de ocio principalmente», explican desde el Departamento de Limpieza de Espacios Públicos.

Asimismo, denuncian que «muchos comercios abandonan embalajes y restos en los alrededores de los puntos de aportación. Estos son recogidos varias veces al día por los camiones de peinado» y que «como esta circunstancia se da de continuo los puntos se encuentran a menudo en mal estado». Además, los inspectores sólo han encontrado algunos puntos conflictivos a primera hora de la mañana en las zonas sin servicio nocturno, pero que en ellas se alcanza un «nivel adecuado» de limpieza durante la mañana y que el barrio tiene asignados actualmente los siguientes servicios:

  • Barrido manual
  • Camión de recogida de residuos no contenerizados y enseres (Peinados)
  • Eliminación de manchas según necesidad
  • Baldeo mixto
  • Baldeo mecánico
  • Barrido mecánico
  • Recogida de muebles y enseres
  • Eliminación de manchas y olores
  • Eliminación de pintadas, pegatinas

De mal en peor, según los vecinos

Al contrario de lo que opinan las fuentes municipales, los vecinos consideran que Chueca y Salesas está realmente sucio y les sorprende que digan que el mayor problema se concentra desde la calle Barquillo hacia el Paseo de Recoletos. «No hace falta recurrir al sentido de la vista, tan sólo se necesita la nariz para percibir el estado en el que está todo: absolutamente asqueroso», nos cuenta Miguel, un vecino de la Plaza de Vázquez de Mella. «Porque, por mucho que digan que limpian con agua en las zonas más problemáticas, la realidad es que hace muchos meses que la mayoría aceras y el asfalto sólo se limpian un poco en húmedo cuando llueve. El resto es todo limpieza en seco y así es imposible que desaparezcan los malos olores», lamenta.

Además, se sienten frustrados por la escasa atención que reciben desde los servicios de Atención al Ciudadano, donde se van acumulando las solicitudes de limpieza pero cuyo resultado brilla por su ausencia. «El sábado por la mañana nos encontramos en la puerta un excremento humano junto con una vomitona, o lo que sea. En el portal de al lado había otra vomitona. Llamamos al 010 para que viniesen a limpiarlo. Por la tarde, como no lo limpiaron volvimos a llamar y al día siguiente, domingo, otra vez», nos cuenta Eva, una vecina del barrio.

«Se lo dije también al barrendero, pero él no tenía los medios para limpiarlo. Dijo que avisaría a su jefe, que estaba a escasos metros, pero nada. En el 010, cada vez te dicen una cosa, pero al final nadie hace nada y la mierda sigue en nuestro portal. Nos acaban de decir en el 010 que pongamos una reclamación», nos explica indignada.

Y es que el caso de Eva no es ninguna excepción, sino más bien la norma. Es difícil encontrar un punto del barrio que se libre de la suciedad, la basura y los malos olores. Hasta la Plaza de la Villa de París (ahora en obras) está repleta desde hace ya casi un mes de basura, cartones, bolsas con excrementos caninos y numerosas hojas de los plátanos de sombra que la rodean, especialmente preocupante en la zona infantil, que debería ser precisamente un espacio escrupulosamente limpio.

Más conciencia cívica y más recursos

Aunque los vecinos coinciden en señalar que gran parte del problema radica en una falta de conciencia cívica, tampoco se pueden pasar por alto los cuantiosos recortes que ha sufrido el servicio, tanto en términos económicos como de personal. Porque por muchos servicios que tenga asignado el barrio, ahora los barrenderos tienen que realizar múltiples tareas al mismo tiempo que antes no hacían y, con tan pocos efectivos, son incapaces de llegar a todo.

«Cuando uno camina por Chueca se da cuenta de que muchos comerciantes depositan sus embalajes directamente en la vía pública, en lugar de plegarlos y almacenarlos hasta su recogida. Hay bolsas con vidrio amontonadas en torno a los contenedores de reciclaje en vez de almacenarlos hasta que estos estén vacíos; trastos viejos abandonados en mitad de la acera, en vez de acordar su recogida con el servicio que el ayuntamiento tiene para este tipo de basuras; cacas de perros por todas las partes...», reconocen desde AVChueca.

Por eso, desde hace años piden al Ayuntamiento que realice campañas de concienciación orientadas a comerciantes y vecinos, en las que se transmita la importancia de implicarse en la manejo de los residuos, la limpieza de la vía pública o el mayor aprovechamiento de los recursos municipales a su disposición.

Pero, sobre todo, los vecinos echan de menos una más efectiva política sancionadora por parte del Ayuntamiento, que parece mirar hacia otro lado y no ver la publicidad ilegal que ensucia las calles del barrio cada fin de semana ni tener motivos para denunciar ni multar a aquellos locales que, de manera evidente y palpable, ensucian sistemáticamente la vía pública.

Otro vecino del barrio, cansado de convivir con la suciedad y harto del mal estado de conservación general de Justicia, ha preparado un completo vídeo a modo de denuncia donde recoge fotos tomadas en diferentes días y puntos de Chueca y Salesas. Su intención es «plasmar una realidad que cualquier persona puede comprobar». «Entendemos las restricciones presupuestarias pero, ¿alguien conoce otra ciudad de España donde se puedan tomar fotos como estas en un barrio céntrico? Madrid lleva así más de cuatro años», denuncia.