La calle Hernán Cortés fue la primera de las once de Chueca reformadas por el plan de remodelación del Ayuntamiento para el barrio. Una vía que sirvió de espacio para realizar pruebas para el resto de calles y que, casi un año y medio después de las obras, comienza a presentar problemas de mantenimiento, especialmente en la calzada.
Tal y como ha podido comprobar Somos Chueca, el adoquinado elegido para el pavimentado tanto de las aceras como de la calzada ha comenzado a levantarse, creando una superficie inestable sobre la que cada día circulan numerosos vehículos, algunos de grandes dimensiones, pero también motos y bicicletas.
La zona más afectada de la calle Hernán Cortés es la que confluye con la calle Fuencarral, por donde se deben desviar todos los coches antes de la transformación de la vía en espacio completamente peatonal.
El continuo paso de vehículos sobre la calzada adoquinada está comenzando a provocar un peligroso bache y a dejar sueltas algunas de las piedras del pavimento, que se mueven al paso de los coches, tal y como se puede apreciar en la imagen inferior.