Hace años, cuando todavía era alcalde de Madrid José María Álvarez del Manzano, se comenzó una ambiciosa reforma del eje Prado-Recoletos que nunca llegó a materializarse. Con las elecciones cada vez más próximas y las arcas municipales en números rojos, tan sólo se ha podido sacar presupuesto para reformar parte de las aceras, en un lamentable estado de conservación.
Esta misma semana la empresa Ortiz Construcciones y Proyectos S.A. comienza los trabajos en el eje Este, a los que se dedicarán 2,3 millones de euros (con cargo a los fondos para «inversiones financieramente sostenibles»), y que servirán para mejorar la pavimentación de aceras y bulevares, tanto del Paseo de Recoletos como del Paseo del Prado.
Para ello se utilizarán materiales similares a los de la parte ya reformada de la zona de Colón: microaglomerado asfáltico de color terrizo para los bulevares y granito para las aceras laterales. Asimismo, desaparecerán las barreras arquitectónicas para favorecer el tránsito de personas con movilidad reducida o algún tipo de discapacidad, se mejoran los accesos peatonales y las paradas de autobús del intercambiador sur de la Plaza de Cibeles.
Una frustrada reforma del eje Prado-Recoletos
Corría el año 2002 cuando todos los grupos políticos del Ayuntamiento de Madrid se pusieron de acuerdo para aprobar un plan para reformar el eje Prado-Recoletos, que según el proyecto firmado por Álvaro Siza (entre otros célebres arquitectos) devolvería a esa vía urbana su antigua fisonomía de bulevar y espacio prioritario para peatones y bicicletas.
Bastantes años después y tras agrias polémicas sobre su ejecución (como la tala de árboles por la que incluso llegó a encadenarse la baronesa Thyssen o la lucha entre Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre, que quería hacer un subterráneo), poco se ha transformado esta zona. La crisis y los recortes tampoco han ayudado demasiado. Salvo puntos concretos entre la plaza de Colón y la calle Almirante, Cibeles, la cuesta de Moyano, la calle Felipe IV y la calle Montalbán, prácticamente el resto se encuentra en un importante estado de abandono: pavimentos levantados, bancos en mal estado, papeleras a medio caer, suciedad...
Todo ello en uno de los espacios con mayor atractivo turístico de la ciudad y que el propio Ayuntamiento aspira a convertir en Patrimonio de la Humanidad junto al Parque del Retiro. En su actual estado cuesta imaginar que pueda cumplirse sin un buen lavado de cara previo a la visita de la comisión de la UNESCO.