Lo de Ava Gardner con Madrid fue un auténtico flechazo a primera vista. Un idilio que duró trece años, en los que vivió intensamente bares, clubes nocturnos y tablaos flamencos y en donde Chueca llegó a convertirse en algunos momentos casi en su segunda casa.
Ahora que Paco León ha decidido recuperar parte de los recuerdos del paso de la actriz por la ciudad con “Arde Madrid”, una serie que recrea los grises años de la dictadura franquista a través de la vida de la Gardner, en Somos Chueca recorremos algunos de los lugares del barrio que solía frecuentar Ava.
Museo Chicote (Gran Vía, 12)
Si hay un lugar de Chueca por el que Ava sentía predilección era Museo Chicote. Tan asidua era al local que en la mesa en la que solía pasar la mayor parte de sus noches más desenfrenadas hay una placa que la recuerda.
Fundado en el año 1931 por Perico Chicote, sus fiestas “canallas” alcanzaron casi tanta fama internacional como sus cócteles. Museo Chicote continúa hoy siendo sinónimo de diversión y su coctelería es una de las más reconocidas de todo Madrid.
Todo un paraíso para los amantes de la juerga por el que también se dejaron seducir otras personas tan conocidas como Frank Sinatra, Salvador Dalí, Grace Kelly, Sofía Loren, Rita Hayworth, Gary Cooper o Cary Grant.
Loewe (C/ Gran Vía, 8)
Además de los cócteles, Ava Gardner también adoraba los bolsos. Era el año 1958 cuando, desenamorada de Sinatra, se fue de compras junto a Ernest Hemingway. Tras una parada en Chicote para tomar algo, Gardner se enamoró completamente del escaparate de Loewe, en el número 8 de la Gran Vía madrileña.
En concreto, de un bolso de piel de cocodrilo de color marrón chocolate que luciría poco después en la Plaza de las Ventas durante una corrida de toros, otra de sus grandes aficiones.
Casa Salvador (C/ Barbieri, 12)
Fundada en 1941 como una taberna taurina, Casa Salvador es todo un referente gastronómico, célebre por su guiso de rabo de toro. Frecuentes comensales eran Ava Gardner, Luis Miguel Dominguín, Charlton Heston o Ernest Hemingway. Aún hoy ofrece especialidades como el estofado de rabo de toro, los potajes de cuaresma o los callos a la madrilena, un plato de lo más castizo.