El dueño del bar Noma, en la calle Infantas número 44, está viviendo una situación de lo más surrealista a las puertas del World Pride 2017. El pasado domingo colgaba en la fachada de su local una enorme bandera del arcoíris y el lunes 19 de junio recibía un correo electrónico del administrador de la finca para que procediera a su retirada porque había generado cierto malestar en algunos vecinos.
Firme en su decisión, declinó la solicitud y mantuvo la enseña en el mismo lugar en el que había decidido colocarla. Para su sorpresa, el martes por la mañana recibía la visita de una patrulla de la Policía Municipal y un camión de bomberos para bajar la bandera.
Ante su negativa a la intervención de los agentes, la bandera se mantuvo en la fachada. Un hecho que no ha servido de freno a la persistente comunidad de vecinos, que han llegado a llamar a la policía hasta cinco veces en el mismo día denunciando diferentes irregularidades que el propietario de Noma niega.
La batalla continúa en marcha y, hasta ahora, la policía ha apercibido al hostelero con una propuesta de sanción que no está demasiado claro a qué corresponde por no querer mover la bandera de su lugar actual porque considera que subyace discriminación por homofobia.
Desde la asociación LGTB Arcópoli están ayudando al propietario del bar a establecer un diálogo con la Policía Municipal y a interponer una denuncia en comisaria por estos hechos. «Agradecemos al local Noma su intención de no retirar la bandera arcoíris como símbolo de lucha contra la LGTBfobia que aún hoy en día y en pleno barrio madrileño de Chueca, aparece», explican desde Arcópoli.
La casualidad ha querido que esta noticia de un aparente comportamiento homófobo se haya conocido el mismo día en el que el Ayuntamiento de Madrid presentaba en la plaza de Chueca la incorporación de la Unidad de Delitos de Odio municipal al operativo de seguridad del World Pride 2017, el Orgullo LGTB internacional.