Las terrazas de bares, cafeterías o restaurantes madrileños podrán abrir a las ocho de la mañana si finalmente se aprueba la Orden de la Consejería de Presidencia, Justicia y Portavocía del Gobierno que modifica el régimen relativo a los horarios de los locales de espectáculos públicos y actividades recreativas, así como de otros establecimientos abiertos al público.
Una decisión que ha indignado a la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de Distrito Centro que, en un artículo titulado Cristina y las taladradoras, plantean a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, los muchos inconvenientes que van a suponer estas dos horas extra de apertura.
Porque, aunque para Cifuentes «No tiene sentido que se pueda taladrar el suelo para hacer una obra y no prestar un servicio de desayuno», las asociaciones vecinales discrepan de su planteamiento: «Señora Cifuentes: un martillo mecánico para una obra en la vía pública es un servicio contingente que actúa por pura necesidad y de manera muy acotada en el espacio y en el tiempo; una terraza no», rebaten.
Porque solo en el distrito centro existen (a fecha del 30 de agosto) más de 17.000 sillas de terrazas autorizadas (cifra a la que había que sumar las de las terrazas pirata o las ilegalmente colocadas en los momentos álgidos de demanda de mesas en las que sí tienen autorización), que abren desde las 10 de la mañana y echan el cierre, en la mayoría de los casos, a las 2:30 horas de la madrugada.
«Cada una de estas sillas es una potencial taladradora, o incluso peor aún, para los vecinos que han de soportarlo 16,5 horas al día», apunta la plataforma vecinal, y con la ampliación de horarios muchas lo harán «hasta las 18,5 horas diarias», señalan, «limitando el descanso de los vecinos afectos a 4/5 horas diarias».
A todo ello habría que sumar las tareas de montaje y desmontaje, que también generan ruido. «Enhorabuena presidenta, porque va a conseguir estar en las quejas y juramentos diarios de muchísimos madrileños de todo signo y color. Madrileños que, sin merecerlo, verán recortada su vida víctimas pasivas del ruido asesino de las “taladradoras”», sentencian.
Los argumentos de Cifuentes
Mientras los vecinos ponen el grito en el cielo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, saca pecho y afirma que «con esta medida, se atiende una demanda que venía siendo reivindicada tanto por los madrileños y las personas que visitan la región como por los profesionales del sector de la hostelería» y, además, «va a servir para seguir dinamizando la actividad económica».
Así, según la Orden, «las terrazas, al considerarse como anexas o accesorias de bares, cafeterías o restaurantes, se regirán por el mismo horario de cierre que estos últimos, siendo el de su apertura el de las ocho horas o el propio de apertura del establecimiento para el supuesto en que éste deba abrir con posterioridad a dicha hora».
En última instancia serán las administraciones locales, dentro de su ámbito de competencias, quienes podrán decidir acerca de reducir estos horarios en el momento de conceder las licencias de funcionamiento de las terrazas o, posteriormente, «en atención a las posibles características sociológicas, medioambientales y urbanísticas» que puedan darse en cada caso.
A falta del dictamen de la Comisión Jurídica Asesora, que tiene previsto reunirse en pleno la semana que viene, y puesto que la Orden puede afectar a los intereses legítimos de los municipios de la Comunidad de Madrid y de los empresarios del sector, se ha dado trámite de audiencia a la Federación Madrileña de Municipios (FMM); la Confederación de Empresarios de Madrid (CEIM); el Ayuntamiento de Madrid y la Asociación de Hosteleros ‘La Viña’, por la especial representatividad de ambos.
Asimismo, la Comunidad de Madrid también se ha dirigido a la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) para conocer su posición sobre este asunto y se ha puesto a su disposición para mantener un encuentro al respecto, aunque afirman no haber obtenido respuesta por parte de la plataforma vecinal.