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Violencia intragénero, una realidad oculta

Hay una violencia de la que apenas se habla pero que se ha cobrado varias víctimas en las últimas semanas: varios hombres han muerto asesinados por sus parejas, también hombres. Casos que no están registrados estadísticamente dentro de la violencia machista porque no pueden ser calificados como tal, pero que existen.

El Observatorio Español contra la LGBTfobia (STOPLGBTFOBIA) alerta del aumento de los casos de violencia entre parejas del mismo género (violencia intragénero) y de la desigualdad existente con los de las mujeres víctimas de agresiones de sus parejas hombres, a los que se aplica la Ley de Violencia de Género.

Casos como el del hombre de 57 años apuñalado hasta la muerte supuestamente por su novio de 53 años en Sabadell (Barcelona) el pasado 23 de abril o el de otro hombre de 37 años en Madrid el 3 de febrero por los golpes propinados por su pareja de 41 años suelen recibir menos cobertura mediática que los de violencia machista o directamente son omitidos de la prensa.

Era abril de 2009 cuando en Adra (Almería) tenía lugar el asesinato de un hombre por su ex marido para luego suicidarse, una noticia que los medios cubrieron en profundidad y que puso por primera vez sobre la mesa la necesidad de un cambio en la Ley de Violencia de Género para incluir a las parejas de gays y lesbianas.

Luego se divulgarían otros casos como el producido en julio de 2011 en un Holiday Gym de Madrid con el asesinato a tiros de un hombre por su ex novio o el del actor vasco Koldo Losada a manos de su marido el 22 de noviembre de 2014. Y seguramente durante todos ese tiempo se hayan producido más casos que no han tenido su hueco en las noticias.

En cuanto a parejas lesbianas, también ha habido casos conocidos mediáticamente como el conmocionó a Tenerife el 10 de abril de 2007 cuando una mujer mató a su novia o el de diciembre de 2011, donde una mujer de Sevilla asesinó a su pareja en la barriada de Bellavista. Muchos más numerosos han sido los casos de mujeres transexuales muertas a manos de sus parejas hombres, como la de una joven transexual de Fuengirola el 11 de noviembre de 2012, que sí que pudo tratarse como violencia de género.

«¿Cuántas más muertes van a ser necesarias para que la sociedad y la clase política despierte y reconozca esta violencia invisible que sucede a diario en las parejas homosexuales y que está en una situación de una clara desigualdad con respecto a otros casos? ¿Por qué nuestra violencia doméstica o intrafamiliar va a tener que seguir siendo considerada de segunda clase, y no vamos a tener iguales medidas legales y recursos sociales que otras víctimas?», expresa Paco Ramírez, presidente del Observatorio.

No se trata de que unos colectivos pierdan derechos respecto a otros, sino de que se reconozcan a todo tipo de familias, no solo a las heterosexuales, máxime si como apuntan numerosos estudios realizados en varios países como Estados Unidos, Canadá o Reino Unido las parejas homosexuales registran mayores tasas de violencia doméstica.

Pero Paco Ramírez considera que, si bien los casos que terminan en muerte son los más dramáticos, «más abundantes son los casos de malos tratos físicos y psicológicos entre las parejas homosexuales, que no pueden acogerse a las mismas medidas legales y a los recursos que las administraciones ponen a disposición de las mujeres víctimas de sus parejas hombres» lamenta Ramírez.

Suelen ser situaciones que se viven con mucha vergüenza, por lo que apenas se denuncia, aunque tienen las mismas formas que la violencia de género: deseo de control, violencia verbal, humillaciones, malos tratos físicos... Y, curiosamente, los motivos de las víctimas para seguir con sus maltratadores también son los mismos: esperanza de que el maltratador vaya a cambiar, complejos de culpa…

«La actual situación de discriminación, desigualdad y desamparo de las parejas homosexuales hace necesario visibilizar esta violencia doméstica, y que se implementen las medidas necesarias para paliar y luchar contra esta lacra que nadie parece querer ver o denunciar», denuncia.

Cuando no solo duelen los golpes

Bien sabe Pamela Palenciano lo que es una relación de pareja basada en el maltrato, el abuso y el sometimiento. Autora del monólogo teatral “No sólo duelen los golpes”, vivió en sus propias carnes (entre los 12 y los 18 años) la violencia machista y ahora gira por escenarios e institutos con su obra para desmontar el amor romántico y tirar abajo decenas de clichés sexistas: la cosificación de las chicas, el culto al físico, los celos como expresión de amor...

Dos intensas horas en las que desnuda su alma y alza la voz sobre la violencia en pareja, los micromachismos y la sociedad patriarcal, sin anestesia. Con coloquialismos y tacos y referencias a historias como las de Crepúsculo o a A 3 metros sobre el cielo de las que extrae el jugo sexista de sus tramas a golpe de carcajada.

Y aunque aparentemente su historia se centra en las relaciones heterosexuales, su monólogo arroja ejemplos claros de cómo se ejerce disimuladamente el control sobre una persona hasta su aislamiento. Duelen las relaciones de poder, el control, los celos, la manipulación, independientemente de la condición sexual de cada cual.

Si quieres escucharla en directo, lo tienes fácil, porque nuestros vecinos del Volta Café (C/ Santa Teresa, 9) la traen de manera periódica a su sala. La próxima cita es el jueves 12 de mayo, a las 20:00 horas. Date prisa en conseguir tu entrada, porque vuelan.