La Policía Nacional ha detenido a un hombre de 36 años de origen guineano que se encontraba en el piso de alterne situado en la madrileña Plaza de los Cubos en el que murió el pasado martes una mujer de 45 años, según ha informado una portavoz de la Jefatura Superior de la Policía de Madrid.
La detención tuvo lugar el viernes a las 20.00 horas cuando salía de una pensión de la plaza de Tirso de Molina, también en el centro de la capital. En su declaración, el hombre confirmó que ese día estuvo con Ana, la fallecida, pero asegura que cuando se fue aún estaba con vida, algo que tendrá que ser confirmado por las imágenes de la cámara de seguridad del edificio.
También declaró que, como ella, había consumido gran cantidad de estupefacientes en esa habitación de la planta décima de la calle Princesa número 3. De hecho, el resultado del informe preliminar de la autopsia apuntaba que el fallecimiento se produjo por una sobredosis y los agentes encontraron en el lugar del suceso numerosas drogas y medicamentos.
Además, los agentes comprobaron que el arrestado era un cliente habitual y la noche anterior la había pasado con Ana pero en un hotel cercano. Explican que le había comprado un bolso caro, pero utilizando una tarjeta de crédito supuestamente robada a otra persona, como así consta en las imágenes del centro comercial donde lo adquirió.
El hecho de que el hombre huyera del lugar y que tirara a la basura la ropa que llevaba el día que visitó el piso de alterne de la plaza de los Cubos hacen sospechar a los agentes de que algo más pudo ocurrir allí dentro. Por ello, de manera preventiva, el sospechoso ha sido detenido y se encuentra acusado de homicido hasta que se confirme si la muerte de la meretriz fue violenta. Además, el sujeto cuenta con antecedentes por delitos contra el patrimonio, robo con violencia y estafa.
Una sobredosis, principal hipotésis de la muerte
De momento, el informe preliminar de la autopsia determina que la muerte se produjo por la ingesta de sustancias estupefacientes, aunque no se podrá confirmar hasta que se presenten los resultados del informe toxicológico. Cuando se encontró el cadáver el pasado 15 de octubre no presentaba sangre ni heridas punzantes y la mujer fue hallada en el suelo boca bajo.
Según fuentes de la investigación, la víctima era una ciudadana boliviana residente en España 2005 y ejercía la prostitución en un piso alquilado de la planta 10 del conocido edificio. Aunque al principio algunas fuentes apuntaban a que había sido estrangulada o asfixiada, desde la Jefatura Superior de la Policía aseguraron que el cadáver no presentaba signos aparentes de violencia ni había sangre, y que el caso no era investigado como homicidio, aunque las maniobras del sospechoso han alertado a los agentes de que podría haber algo más detrás de lo ocurrido.
Fueron las compañeras de Ana las que descubrieron su cuerpo sin vida al no responder a sus llamadas telefónicas ni en la puerta. Agentes de la Policía Científica recabaron pruebas, imágenes de las numerosas cámaras de seguridad y también testimonios del portero y las compañeras de la fallecida, que aseguraron que había estado con algún cliente y que tenía una ex-pareja de nacionalidad dominicana, pero que no oyeron ninguna discusión previa a la muerte.
En principio, la autopsia ha confirmado que la muerte de Ana no está relacionada con un homicidio ni un caso de violencia de género, una hipótesis que quedó descartada aunque estaba incluida en el sistema VioGén. El Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid, que lleva el caso, podría ordenar una nueva necropsia.