El anuncio oficial de la vuelta a Madrid de un Gran Premio de Fórmula 1, inédito en la capital desde que en 1981 el Circuito de Madrid Jarama quedara fuera del calendario, ha venido acompañado de un acto por todo lo alto en Ifema. En uno de los pabellones del recinto ferial, centro neurálgico de las carreras que la ciudad albergará entre 2026 y 2035, ha tenido lugar una presentación cargada de discursos rimbombantes de Isabel Díaz Ayuso o José Luis Martínez-Almeida, anuncios ambiciosos y actuaciones recargadas (adaptación del himno oficial de la F1 “a la española” y customización del Metro incluidas).
Pero a nivel material, la puesta de largo de esta noticia varias veces postergada apenas ha despejado las principales dudas del proyecto. El circuito presentado no es el definitivo, el origen o la cuantía de la inversión concreta no han trascendido y el estudio de impacto económico no ha sido trasladado por el momento a los medios, pese a las peticiones expresas de este periódico. Por ello, en Somos Madrid recopilamos las principales incógnitas y temores (así como algunos detalles que ya perfilan las respuestas de algunas de estas dudas) a dos años de que empiecen a rugir los motores y a echar humo los tubos de escape.
¿Cuándo y dónde se celebrará el Gran Premio de Madrid?
El acuerdo del que han presumido este martes el presidente y CEO de F1, Stefano Domenicali y el presidente del Comité Ejecutivo de Ifema Madrid, José Vicente De los Mozos, fija el 2026 como año de inicio del contrato y el 2035 como el último (sin perjuicio de que pueda ser renovado). Respecto a su encaje concreto en el calendario, es toda una incógnita. La temporada transcurre entre los meses de marzo y diciembre. Dentro de ella, el Gran Premio de Barcelona-Catalunya suele celebrarse en junio, aunque como el futuro de esta cita es igualmente incierto la carrera de Madrid podría ocupar también otro mes.
Respecto a la ubicación, el recorrido consta de un total de 5,47 kilómetros. Atravesará distintos viales del recinto ferial de Ifema, incluyendo algunas zonas colindantes con Valdebebas e incluso 1,5 kilómetros pertenecientes al distrito de Hortaleza actualmente integrados en la vía pública. Este último punto no se corresponde del todo con una de las grandes promesas de los promotores de la iniciativa: aprovechar estructuras existentes sin perjuicio del espacio urbano del que disfrutan los ciudadanos. De los Mozos sí ha incidido en el refuerzo de la movilidad, de forma que sea el Gran Premio “más accesible en transporte público, a pocos minutos del centro en Metro y a 5 del aeropuerto”.
¿Cómo será el circuito?
Un análisis más pormenorizado del circuito podría empezar a situar mejor la estampa que veremos a partir de 2026. No obstante, hay razones para la cautela: se trata de la propuesta que Madrid ha presentado a a la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), que ahora decidirá si concede o no su homologación.
Si el planteamiento de la empresa Dromo (autora de los circuitos de Silverstone o Singapur) sale adelante, arrancará frente a la entrada de Ifema y rodeará sus pabellones para luego alcanzar la calle Ribera del Sena y cruzar la M-11 por un túnel, donde se adentrará de nuevo en los terrenos de Ifema bordeando el barrio de Las Cárcavas, en Hortaleza. Allí tomará la vuelta en Valdebebas, para después caracolear con otras cinco curvas antes de pasar bajo otro túnel y llegar, después de varios giros de 90 grados, al punto de salida, donde habrá un podio diseñado a partir del logotipo de Ifema.
En total, el trazado (de carácter híbrido o semiurbano) cuenta con 20 curvas y podrán alcanzarse velocidades de más de 300 km/h. Se instalarán igualmente gradas con capacidad para 110.000 espectadores en un inicio y 140.000 en ediciones posteriores. Las estructuras constarán además con más de 200.000 metros cuadrados de pabellones características cubiertos, 10.000 metros de espacios de reuniones polivalentes y 10.000 plazas de aparcamiento. Todos los pormenores del proyecto están desgranados en este enlace.
¿Cuánto costará?
Uno de los grandes datos ausentes en la presentación ha sido la cifra de inversión prevista, aunque fuera de carácter tentativo. Esta opacidad obliga a fijarse en otros precedentes y en algunos estudios pormenorizados. La revista Forbes estima en 1.000 millones de dólares (unos 932 millones de euros) el coste de organizar este evento durante 10 años. Son cifras de 2017, por lo que la inflación ha podido incrementar sensiblemente esa cantidad. Esa cantidad incluye la edificación de las infraestructuras o su mantenimiento, pero también el canon millonario que los promotores deben abonar anualmente a F1 por el mero hecho de acoger el Gran Premio.
El artículo desgrana los gastos presupuestarios de la organización con una sorprendente conclusión: una vez transcurrido esos 10 años, el coste de construir un circuito permanente desde cero es similar a montar y desmontar uno semiurbano cada temporada, como sería el caso madrileño. Estos últimos son más sencillos de poner en marcha, pero el coste anual (desde la adaptación del trazado a la instalación de gradas) es mucho más elevado.
Así, edificar un nuevo recorrido fijo o reacondicionar completamente uno ya existente tiene un coste medio de 270 millones de dólares. Con un mantenimiento anual de 18 millones y medio, el dispendio total alcanza los 455 millones. En los trazados que se montan y desmontan, como sería el madrileño, el mantenimiento asciende a 57,5 millones por temporada y 575 al finalizar un contrato estándar. A todas estas cantidades hay que sumar la cuota anual que exige la compañía Liberty Media (propietaria de los derechos televisivos). Esta especie de derrama aumenta un 5% cada temporada, y según Forbes acaba suponiendo un montante total que roza los 400 millones de dólares.
¿Quién paga? ¿Puede repetirse el caso de València?
“Se convocará un concurso a través de Ifema”, ha respondido Almeida a las preguntas de este diario sobre el origen de la inminente inversión en el proyecto. Sus impulsores han insistido repetidamente en que todo el capital implicado será privado, pero el precedente del pufo valenciano (que también se presentó bajo la promesa de Francisco Camps de un coste cero para las arcas públicas) despierta importantes suspicacias. Las cinco carreras que se disputaron en la capital valenciana acabaron costando más de 230 millones de euros a la Generalitat, que ha terminado de pagar las últimas facturas en 2023, más de una década después de que se celebrara el último Gran Premio.
De esta forma Ifema, un consorcio público-privado, jugará un papel clave en el proceso. Su capital es aportado en un 31% por la Comunidad de Madrid, un 31% por el Ayuntamiento, un 31% Cámara de Comercio de Madrid y un 7% Fundación Montemadrid. Así, un 62% de su financiación corresponde a entidades públicas, aunque dispone de beneficios operativos propios al margen de esta aportación. “La cuenta de resultados del Gran Premio va a soportar todas las inversiones y compromisos financieros, sin aportación de dinero público en ningún concepto”, insisten fuentes de Infema en declaraciones a Somos Madrid. De ser así, el plan consistiría en cubrir gastos y conseguir beneficios solo con lo generado por el propio Gran Premio.
Según el medio deportivo Relevo, los grandes favoritos para el concurso a convocar serían Carlos Slim, empresario mexicano propietario de la compañía de telecomunicaciones Claro y uno de los hombres más ricos del mundo; Stephen Ross, dueño de los Miami Dolphins e impulsor del Gran Premio de Miami y el conglomerado que gestiona la carrera de Países Bajos en Zandvoort. “Respecto al concesionario está ahora mismo en proceso el concurso para seleccionar quien asumirá la gestión y promoción del Gran Premio”, se limitan a manifestar al respecto desde Ifema ante las cuestiones trasladas por este diario.
Otro asunto es la inversión promocional en eventos como el de este martes, así como las actuaciones en Metro de Madrid y buses de EMT recubiertos de publicidad sobre la cita automovilística. Comunidad y Ayuntamiento no han especificado quien ha acarreado con los gastos de instalación de vinilos y cartelería en los transportes, aunque salvo un acuerdo excepcional las del suburbano corresponderían al Gobierno de Ayuso y las de autobuses al equipo de Almeida.
¿Repercutirá en beneficios para Madrid?
Ifema ha difundido una serie de números a partir de un estudio de la consultora Deloitte que estima en “más de 85.000” los turistas que aterrizarían en la Comunidad de Madrid con motivo de la celebración de un Gran Premio de F1. Según este mapeo preliminar, su celebración significará para la región unos ingresos anuales “superiores a los 450 millones de euros”, con un impacto en creación de puestos de trabajo de “más de 8.200 empleos”. A ello se sumaría la relevancia de su aportación en términos de imagen de marca, con audiencias anuales “superiores 1.550 millones”.
Sin embargo, por el momento Ifema no ha compartido con los medios de comunicación dicho análisis, pese a las peticiones de Somos Madrid. Tampoco ha detallado la metodología empleada para estas estimaciones, ni las fuentes a partir de las que ha llegado a prever tales cifras.
Fuentes de la entidad sí han desglosado con algo más de precisión ciertos datos en respuesta a los requerimientos de Somos Madrid: “Se estima una asistencia de 112.000 personas (92.000 grada, 5.000 Paddock Club, 15.000 secondary hospitality) en el año 1, alcanzando los 140.500 asistentes en el año 5, con un crecimiento aproximado de 6% anual. La estancia media de los asistentes de fuera se estima en 3,6 noches, y el gasto medio fuera del circuito en 1.680 euros, a lo que habría que sumar todas las inversiones de la puesta en marcha del evento y las de todas las empresas que operarían”.
¿Qué emisiones y ruidos implicará?
Otro de los silencios más clamorosos en el acto de este martes, ya que sus responsables no han concretado ninguna acción para la minimización de emisiones contaminantes, sean acústicas o mediante humos.
“Uno de los pilares para presentar la iniciativa como atractiva e innovadora es que la construcción y el funcionamiento del recorrido cumpla el requisito de la neutralización de las emisiones de CO2. Para ello, se utilizarán energías renovables en todo el proceso y se compensarán las emisiones con distintos proyectos de captura de dióxido de carbono a la atmósfera. La F1 valora esta imagen de sostenibilidad en las instalaciones, desde el suministro eléctrico al asfaltado”, avanzaban fuentes implicadas en la consecución del Gran Premio hace unos meses. En la presentación, sin embargo, solo se han producido referencias vagas a esa sostenibilidad.
Todo ello después de que una de las puestas de largo del proyecto ya despertará la polémica medioambiental: un monoplaza de la escudería Red Bull circuló por el centro de la ciudad, incluido el entorno del Paisaje de la Luz. Un enclave declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco e inmiscuido en otras controversias por la puesta en peligro de este reconocimiento ante las talas de Comunidad y Ayuntamiento. Los vecinos de las viviendas más cercanas a Ifema o Valdebebas esperan por su parte que no se repitan las molestias generadas durante otros eventos como el festival Mad Cool.
¿Supondrá una batalla política?
Una de las pocas dudas que la jornada empieza a despejar. Ni Almeida, ni Ayuso, ni De los Mozos han hecho mención alguna al Gobierno central. Según las autoridades madrileñas, es a ellas mismas a quienes corresponde el mérito. Así ha sido hasta que en declaraciones posteriores a los medios, Ayuso se ha acordado del Ejecutivo al decir que el Gran Premio de Madrid se ha consumado “a pesar del desinterés de Sánchez”.
“Excluir al Gobierno y a todos sus ministerios no ha sido muy leal”, ha declarado por contra al final del acto la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Reyes Maroto. No obstante, a diferencia de Más Madrid, el Grupo Socialista apoya el Gran Premio porque “es bueno para la ciudad”. Exige eso sí “más transparencia” para evitar precedentes como el de València y pide a Almeida que “no venda humo”.
“Los ejemplos anteriores que se han producido, también bajo gobiernos del PP, han sido casos continuados de corrupción de forma sistemática, que han terminado costándole mucho dinero a los valencianos y valencianas”, explicó a su vez la portavoz municipal de Más Madrid, Rita Maestre, cuando trascendieron las primeras informaciones sobre esta noticia ahora confirmada. “Esperamos que si hay algún avance en esa dirección sepamos de dónde van a salir los fondos. Vamos a exigir que de ninguna manera salgan de las arcas públicas”, añadió.
¿Qué pasará con la carrera de Montmeló?
Ayuso dejó caer que el Gran Premio de Madrid no sería en ningún caso “a costa de Barcelona”. Pero la cita catalana, celebrada en el municipio de Montmeló, tiene contrato precisamente hasta 2026 (incluido). Así, todo hace indicar que en caso de coexistencia se produciría solo ese año.
La pujanza en el interés de países como Estados Unidos o los estados del Golfo Pérsico complica una doble cita en un país europeo, pese a que esta circunstancia ya se produjera en el pasado. Ahora la Fórmula 1 es más global y responde a los deseos de economías emergentes, por mucho que sus regímenes políticos disten de garantizar el respeto a los derechos humanos.