El festival MadBlue ha lanzado en sus redes sociales un llamamiento para reclutar “voluntarios” que estén dispuestos a colaborar en la limpieza del Parque del Oeste, la zona verde en la que tendrá lugar el evento. En el anuncio proponen una colaboración gratuita a cambio de una acreditación para acceder a los conciertos, que tendrán lugar los días 7 y 8 de octubre en la capital.
En su página web, los organizadores aseguran que se trata de “un plan pionero de gestión de residuos” en el que los voluntarios velarán durante todo el festival “por el buen uso y mantenimiento de las zonas verdes, garantizando que no quede ninguno a la finalización del mismo”.
El voluntariado que plantea la organización de MadBlue consiste en dos jornadas de tres horas, de tres turnos a escoger por los interesados, desde la apertura de puertas (16.00) hasta uno hora después de que termine el evento (1 de la madrugada) durante los dos días en los que tendrá lugar el encuentro musical.
El festival está organizado por Wezama Dreams, empresa que ha recibido el patrocinio de 100.000 euros de la Comunidad de Madrid a través de su consejería de Cultura, Turismo y Deporte. El Gobierno de Ayuso incluye esta celebración en el en el marco de las actividades programadas para la Hispanidad 2023.
El contrato establece la participación del Gobierno regional en calidad de patrocinadora oficial del evento como una garantía de protagonismo de la marca “Comunidad de Madrid” antes, durante y después del festival.
El festival anuncia que parte de los beneficios obtenidos por la venta de entradas “irán destinados a la Fundación Piel de Atún, para proyectos de preservación de los océanos y participación en acciones de recuperación de ríos en la Comunidad de Madrid”. Esta fundación, detrás de cuya génesis está también la empresa Wezama, mantiene un convenio con el Ayuntamiento de Madrid que fue firmado en febrero de 2022, por el que la fundación se comprometía a promocionar la sostenibilidad en el ámbito de la capital.
El MadBlue cobra 70 euros por el abono de dos días para sus conciertos. Además, también organiza una carrera durante el festival, con llegada en el mismo recinto de conciertos, cuya inscripción cuesta 12 euros.
En su edición de 2022 asistieron al festival más de 13.000 personas, una cifra que esperan superar este año. Además, el recinto contará con numerosos foodtrucks en las que ofrecerán comida con variedades veganas, vegetarianas o sin gluten, entre otras, manteniendo la prohibición de otros festivales a la hora de acceder con alimentos y bebida. Todo esto conllevará la generación de una importante cantidad de residuos a la que tendrán que hacer frente los voluntarios que decidan participar en las labores de limpieza.
El formulario que deben rellenar los interesados advierte sobre el compromiso que conlleva acceder al voluntariado, el objetivo es que el recinto quede impoluto: “Para el parque es muy importante que seas capaz de cumplirlo, así que, por favor, no le falles”.
Según recoge la Ley del Voluntariado estatal de 2015, este tipo de actividades pueden llevarse a cabo siempre y cuando estén amparadas por una entidad sin ánimo de lucro. De la misma forma, los voluntariados no puede suponer la sustitución o amortización de puestos de trabajo por cuenta ajena, tanto en el ámbito privado como en el público.
Además, la norma que actualmente regula la incorporación de voluntarios a festivales, conciertos o espectáculos apunta que la actividad debe llevarse a cabo sin ánimo de lucro, tener carácter altruista y desarrollarse de forma libre y sin contraprestación económica o material de por medio, por lo que los participantes no pueden recibir ningún tipo de remuneración.