El Ayuntamiento de Madrid renuncia a la feria que tenía previsto organizar en Plaza de España durante el mes de abril. La Junta de Moncloa-Aravaca ha publicado en el boletín municipal que descarta adjudicar el llamado Festival Cervantino, cuyo inicio estaba previsto para el viernes 31 de marzo y que se iba a extender durante cuatro semanas.
La renuncia fue publicada el pasado jueves. La única explicación que incluye el consistorio en el texto de cancelación es que la anula “en base a la concurrencia del interés público”. A preguntas de este periódico, una portavoz añade que se ha desistido por la “saturación de eventos” que registra la plaza. La decisión llega después de numerosas protestas de los vecinos que rodean la plaza y que se quejan de que el lugar esté ocupado por eventos más de la mitad de días del año.
En total, el equipo de Almeida tenía previsto alquilar la plaza para celebrar festivales durante 168 días, a los que se sumaban otros 60 para montajes y desmontajes, según las condiciones del pliego del concurso para su adjudicación que desveló Somos Madrid el pasado mes de octubre. En la lista de los próximos eventos estaban el ya anulado Festival Cervantino (del 31 de marzo al 23 de abril) y el Festival de San Isidro (del 5 al 21 de mayo), que el consistorio no ha decidido todavía si celebrará.
“Se irán tomando decisiones cuando corresponda”, explican desde el Ayuntamiento a Somos Madrid. En el listado de eventos previos figuran una feria hispanoamericana, el mercadillo navideño o casetas veraniegas unidas a un cine el pasado verano. La empresa concesionaria de los dos últimos eventos -Forter Unicorp- podría renovar hasta 2025 la adjudicación, según los pliegos a los que tuvo acceso este medio. Las condiciones son bastante asequibles: por montar decenas de casetas para venta de regalos, comida y bebida por Navidad y una pista de hielo pagó 56.723,78 euros al consistorio.
En el Ayuntamiento de Madrid explicaron entonces que la apertura de la Plaza de España al público motivó la llegada de “numerosas solicitudes de promotores privados para instalar ahí distintos eventos de mayor o menor duración”. Por ello y para “evitar la discrecionalidad y regularlo de una manera más objetiva”, el consistorio optó por sacar varias licitaciones públicas. La última de ellas ha sido anulada ahora.
Quejas vecinales por ruido, malos olores y botellón
Las ferias han provocado muchas quejas de los vecinos que viven alrededor de Plaza de España. A los hoteles de lujo que rodean el lugar tampoco les gustan los eventos ruidosos y molestos que permite el consistorio, aunque de momento no han hecho público su malestar. Ante las protestas, el consistorio anunció que no habría más música en los eventos programados pero la empresa organizadora se saltó la prohibición y la feria de otoño acabó con un botellón que se extendió por toda la plaza.
Los residentes de Plaza de España han pedido a Almeida que ponga fin a los “ruidos continuos, música elevada, olores a comidas y suciedad en la plaza”. Lo hicieron en una carta en la que se quejaban por el feriódromo en el que se ha convertido el lugar desde que el consistorio decidió convertir la Plaza de España en un recinto ferial permanente durante todo el año, una figura legal que permite el consumo de alcohol en vía pública y la superación de niveles sonoros.
“No debería considerarse recinto ferial a una plaza urbana, enclavada en el centro de Madrid y situada a menos de 100 metros de viviendas, hoteles y oficinas, y con parques infantiles”, lamentan sus habitantes.
La anulación de la feria de cuatro semanas no significa que el Ayuntamiento haya renunciado a utilizar la Plaza de España para organizar eventos. En lo que va de año se ha montado allí un festival de temática china con motivo de la llegada del Año Nuevo (fin de semana del 4 y 5 de febrero) y la presentación del documental de Marc Márquez en una plataforma online (19 de febrero). Ambas citas llenaron la zona central de la plaza y ocuparon el espacio durante varias jornadas para el montaje y desmontaje.
También se ha celebrado en marzo la Semana de la Ingeniería de Caminos, con varios contenedores colocados en la plaza aunque sin conciertos ni megafonía, dos de los elementos que más molestan a los vecinos.