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El garaje de la polémica grúa en Retiro fue financiado por 765 personas en una plataforma de inversión inmobiliaria

“¿Quién asume el coste de la grúa de 100.000 euros aquí parada?” preguntaba hace unos días un promotor inmobiliario a un agente de la Policía Municipal en el distrito de Retiro. Su empresa quería meter maquinaria para las obras de un aparcamiento en un patio de vecinos, pero varios habitantes de la calle Cavanilles lo habían denunciado por falta de permisos para que este ingenio mecánico pasara por encima de sus casas.

Las palabras del empresario, recogidas por El País, hacían hincapié sobre el posible encarecimiento de unos trabajos que fueron financiados a través de una plataforma que reúne dinero de inversores con la promesa de interesantes rentabilidades a cambio de adelantar el capital para determinados proyectos. Uno de ellos es el de Torres del Mediterráneo, el aparcamiento con más de doscientas plazas que necesita una máquina pilotadora para una de las fases de su obra. Esa máquina es la que tiene que sobrevolar los edificios de Retiro.

El proyecto para este patio de manzana se financió a través de una plataforma de inversión inmobiliaria, Urbanitae. Se trata de una de las páginas web más populares en el sector de la tokenización de inmuebles, donde se anunció hace dos años un proyecto que ya entonces tenía permiso de construcción, según la compañía: “El proyecto cuenta con licencia de obras y está listo para empezar a construir en cuanto consigamos construir el capital”, explicaban sus responsables en un vídeo con el que intentaban convencer a los posibles inversores.

Urbanitae se marcó como objetivo recaudar 3,2 millones de euros para hacer posible un aparcamiento con 218 plazas y un parque encima para el disfrute de los compradores. El vídeo que acompañaba el proyecto definía a Grupanxon, la empresa impulsora, como “uno de los promotores más conocidos y más queridos por nuestra base inversora”.

Entre las razones para invertir en el parking, Urbanitae destacaba que se trataba de una “oportunidad de inversión en un proyecto de obra nueva”, que estaba promovido por Grupanxon, compañía promotora de casi “600 unidades de plazas de garaje en los últimos 3 años, además de haber desarrollado 8 proyectos con nosotros, 6 devueltos con rentabilidades superiores a las esperadas”. Además, añadían que la propia empresa tenía previsto invertir su propio capital, “lo que alinea los intereses de todos los agentes que participan en la inversión”.

En el vídeo y en la web del proyecto, Urbanitae advertía también de los riesgos del proyecto: “Nunca han fallado en los costes de construcción” -decía sobre Grupanxon- “pero esto es una obra de otro calibre, podría darse el caso de que los costes estimados al final sean superiores” por lo que “la rentabilidad se vería mermada”, advertía. También indicaba que “podría darse el caso de que en lugar de 24 meses se tarde algo más, porque haya problemas con la obra”.

El proyecto reunió el capital necesario para llevarlo a cabo en octubre de 2022, gracias a las aportaciones de 765 personas. Entonces manejaba unos plazos que rondaban los 24 meses, situando en el segundo trimestre de este año el fin de la construcción y en el cuarto trimestre de 2024 la entrega de las plazas de garaje y el reparto de los beneficios a los inversores, si finalmente los hubiera.

La obra sigue adelante, aunque con retrasos

Los costes estimados para la construcción estaban entre los 2 y los 2,2 millones de euros que, unidos a lo que se pagó por el solar (1,65 millones) y otros gastos pueden elevar los costes totales hasta los 5,1 o los 5,3 millones, según los distintos escenarios publicados por Urbanitae. La estimación de ingresos por la venta de las plazas de garaje llega a los seis millones de euros. La plataforma inmobiliaria obtendrá por la operación algo más de 250.000 euros.

“La obra sigue adelante y calculamos que se extenderá hasta último trimestre de este año o primero del año que viene”, tranquiliza a los inversores Javier Torres, director general de Grupanxon. En conversación telefónica con este periódico resta importancia al incidente de la grúa de hace dos semanas y achaca los retrasos a las malas condiciones meteorológicas del día en el que la grúa se presentó en la obra y a “diez o doce vecinos que lleva incordiando varios años”, de los 1.600 que habitan en el entorno, “y a los cuatro políticos de turno que torpedean el proyecto”, asegura. “Esa misma grúa ha estado dos años en el Santiago Bernabéu”, añade.

Torres también explica que los plazos de construcción que indica Urbanitae son “orientativos” y pueden bailar unos seis meses. No obstante, espera poder introducir la maquinaria en breve y explica que la obra no se ha parado, porque sus trabajadores están adelantando otro tipo de trabajos en el tajo, a la espera de que llegue la pilotadora.

Protesta vecinal y pleno con sorpresa

La presencia de la grúa frente al bloque de Cavanilles (números 25 y 27) y la posibilidad de que transportara una pilotadora sobre los edificios pusieron en pie de guerra a vecinos de Retiro los pasados 1 y 2 de marzo. 40 toneladas que amenazaban con sobrevolar sus casas sin permiso para ello, como acabaron confirmando fuentes municipales: la licencia concedida por el Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida era para colocar la grúa, pero el movimiento de semejante maquinaria sobre viviendas requiere otra autorización específica de la que la constructora carecía.

Además, como expuso la concejala socialista Emilia Martínez en el Pleno del distrito de Retiro celebrado el pasado martes, la compañía Torres Aguilar Construcciones y Servicios SL tampoco mostró la licencia pertinente firmada por la Comunidad de Madrid. “La arriesgada operación tampoco contaba con el permiso de la comunidad de propietarios, hasta el punto de que había una prohibición terminante para ello”, indicaba la edil. Martínez puntualizaba también que dicha prohibición fue comunicada por burofax tanto al constructor como a la Agencia de Actividades del Ayuntamiento de Madrid.

No en vano la controversia de los residentes con la promotora, que planea convertir un patio de manzana en un aparcamiento, viene de lejos. La obra despertaba oposición vecinal ya antes de esta intervención, como expuso en declaraciones a Somos Madrid Álvaro, propietario de un taller de escenografía colindante con el espacio que se transformará en parking: “Lo que pretenden es construir cuatro pisos hacia abajo en el patio, aunque hay acuíferos superficiales que van a desviarse hacia los edificios. Además son viviendas bastante antiguas que van a sufrir las vibraciones de la pilotadora, por mucho que según los informes del promotor no van a afectar a las estructuras”.

“La empresa contaba con un permiso para las obras, pero se pararon en 2018 porque no consiguieron una servidumbre de paso para dar al número 27, así que tendrían que modificar el proyecto”, señalaba a este medio el edil de Más Madrid y residente del barrio Nacho Murgui. “La obra ha venido precedida por un largo historial de abusos. Ya en 2016 talaron unos árboles del solar donde se quiere hacer el parking. Las protestas de los vecinos han sido continuas. Que en estas circunstancias se produzca un hecho como el del pasado fin de semana es bastante escandaloso”, considera. “Esto de la grúa ha sido la guinda a un montón de negligencias y malas artes por parte de la promotora”, sentenciaba Javier, vecino de Cavanilles.

Un acceso y solo con permiso de la Comunidad de Madrid

Emilia Martínez incidió en esta circunstancia al indicar que el acceso al aparcamiento “discurre por la servidumbre de paso de la comunidad de propietarios y por sentencia judicial reciente ha sido extinguido”, lo que significa “que el proyecto ha quedado alterado en su superficie de construcción porque en este caso ya solo tendría un acceso”. Esto representa “no una modificación del proyecto original sino un proyecto nuevo y, por lo tanto, implicaría una nueva licencia por parte de la Agencia de Actividades y la suspensión inmediata de las obras en curso como medida preventiva”, según Martínez.

La concejala de Retiro, Andrea Levy (muy criticada por su ausencia durante el fin de semana de la crisis), se defendió en el Pleno al argumentar que el control de los trabajos era responsabilidad autonómica: “Del informe y la autorización que anteceden parece desprenderse que la competencia para comprobar la legalidad del acceso al patio interior de la pilotadora por encima de los edificios de vivienda no es municipal. El órgano responsable para resolver las consultas técnicas es la Comunidad de Madrid, a través de la Dirección General de Promoción Económica e Industrial y, en concreto, la Unidad Técnica de Coordinación de Seguridad”.

En dicha sesión, la Junta Municipal de Retiro aprobó con los votos de PP, Más Madrid y PSOE y la abstención de Vox una proposición presentada por la formación que a nivel municipal lidera Rita Maestre para instar al departamento competente a revisar la licencia del aparcamiento ubicado en el patio de manzana entre las calles Abtao, Cavanilles, Juan de Urbieta y Avenida del Mediterráneo. El escrito esgrime que “uno de los accesos no es viable y, por tanto, no se cumplen las condiciones en las que la licencia fue otorgada”.