La gripe no da tregua en Madrid, y las fiestas tampoco ayudaron. En plena epidemia, durante la primera semana de 2025 se han alcanzado los 66,27 casos por cada 100.000 habitantes en la región, una cifra hasta tres veces superior a la de hace 14 días, cuando saltaron las alarmas y se rebasó la tasa epidémica. Son los datos que arroja el último informe del Sistema General de Vigilancia en Salud Pública de la Consejería de Sanidad que, en términos brutos, marca en 4.554 los nuevos enfermos notificados entre el 1 y el 7 de enero. Son 1.765 más que hace una semana y 14.034 casos acumulados en toda la temporada de gripe 2024/2025, aglutinándose buena parte de ellos solo en los primeros días del año que arranca. Pero aunque se trate de una situación cíclica, no todos los hospitales madrileños estaban preparados para el golpe.
En el Hospital de La Paz, en el distrito de Fuencarral-El Pardo, las jornadas parecen volverse insostenibles. La plataforma Urgencias y Emergencias de Madrid en Lucha ha publicado recientemente en la red social X un mensaje que plasma la falta de recursos actual. A su parecer, la del 6 de enero fue una “noche de terror” para el servicio. “Hay 85 pacientes para 54 camas”, se alarmaron, adjuntando fotos que mostraban cómo algunas camas habían tenido que desplazarse a los pasillos por problemas de espacio y se ubicaron “en doble fila”. Para más inri incluyeron en su post una imagen del parte de guardia de ese período nocturno, en el que se detallaba la relación de camas y sanitarios respecto al número de pacientes.
Según este informe, en torno a las 7:30 horas de la mañana ya había 88 pacientes pendientes de ingreso en la Urgencia General de La Paz por falta de camas. En la Sala 1 eran 19 pacientes, cuando por aforo no tendría que haber más de 12. En la Sala 2, más de lo mismo: contaron 26 enfermos pero solo hay disponibilidad para atender a 22. Y en la Sala 3 se registraron a esa hora 42 pacientes, diez más de los permitidos teniendo en cuenta que en ella tienen 32 camas. En el resto de habitaciones la situación mejoraba, pero seguían muy justos y ya completos. Con algunos ingresos más, tendrían serias dificultades.
Propuestas o posibles soluciones
Uno de los médicos que trabaja en Urgencias de La Paz, César Carballo, puntualiza que esta clase de complejidades se repiten puntualmente cada año y no solo en la Comunidad de Madrid, sino en todo el país. “Normalmente vamos con el personal justo para tirar hacia delante y, aunque siempre pasa lo mismo, seguimos sin entender que los médicos y enfermeras también cogen vacaciones, se ponen malos o se dan de baja. Creo que lo óptimo sería tener siempre un poco más de personal del que se necesita, para que cuando toquen festivos no nos veamos ante el abismo”, opina en declaraciones a Somos Madrid. Ir escasos de personal les lleva a tener que cerrar camas o plantas, pues no hay sanitarios para atenderlas.
¿Cómo solucionar este bucle del invierno? La respuesta a esta pregunta es compleja, pero Carballo apuesta por recuperar una medida que ya instauró la región en tiempos de Cristina Cifuentes, cuando Javier Sánchez Martos era consejero de Sanidad. “Igual que hay un límite en el tiempo de espera para operarse, en las Urgencias nadie debería aguardar más de 24 horas para ser atendido. Poner este límite es primordial”, incide. En una línea similar se ha manifestado otro sindicato, en este caso el de funcionarios. CSIF se ha sumado este miércoles a las críticas ante la saturación de los hospitales y ha señalado la que, a su juicio, es la principal causa del problema: el “abandono” de los centros de Atención Primaria. “En muchos de ellos, los madrileños tardan cerca de un mes en poder obtener cita. Por eso, en cuanto el ciudadano percibe los primeros síntomas y ve que su médico de familia le va a atender en más de veinte días, decide acudir a las urgencias hospitalarias, con la consiguiente saturación de estos servicios”, señalaron.
No solo La Paz vive días difíciles. Otro de los casos más sonados ha sido el del Hospital de Fuenlabrada, donde la situación llega a ser anómala. Las embarazadas ingresadas ven cómo sus recién nacidos comparten espacio con pacientes de otros clínicos que fueron derivados por Urgencias y para los que no había camas suficientes ni recursos disponibles.
Es la denuncia que este martes hacía el sindicato de enfermeras en Madrid, Satse, que revela cómo este centro o el Hospital Universitario Príncipe de Asturias (Alcalá de Henares), además de La Paz, se han visto “colapsados” por la afluencia de pacientes llegados en estas fechas. La acusación se extiende no solo al área de maternidad, sino también a las habitaciones donde descansan pacientes de paliativos y, en definitiva, internos cuyo sistema inmunológico es débil y resulta peligroso mezclarlos con enfermos de gripe u otras dolencias contagiosas.
Asimismo, aseguran que ya a primera hora del martes había 122 pacientes en Urgencias mientras que otros 32 seguían pendientes de ingreso, con las consecuentes horas de espera. En consecuencia, Satse afirma haber denunciado ya los hechos a la dirección del centro. Por otro lado, en el clínico de Alcalá de Henares, advierten que las camas existentes “están todas ocupadas” y muchos usuarios se ven abocados a usar camillas colocadas en mitad del pasillo o sillas de ruedas para descansar. Todo esto, prosigue el sindicato, sin que haya “enfermeras suficientes para poder atenderles”.
Apuntan además a que sus delegadas en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias informan de hasta “cinco bajas de enfermeras no cubiertas” en Urgencias pese a la situación de saturación. “De los 21 contratos de enfermeras que dijeron que se iban a realizar solo se han hecho dos y actualmente hay 60 bajas de estas profesionales en todo el centro hospitalario”, critican, y añaden que la única forma de paliar la situación está siendo “pedirles que doblen turnos” o solicitar a quienes tienen reducción de jornada que “se incorporen a tiempo completo”.
Desde la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, no obstante, defienden sus actuaciones. “La previsión ha sido la correcta y adecuada”, insisten, aludiendo a que “se han adelantado enormemente los plazos [al activar los planes de prevención durante el invierno el inverno] para, en caso de necesidad, atender a la demandas asistencialesde la población”, sentencian. Tal y como lo ven, el denunciado “colapso” por la gripe en la red sanitaria madrileña directamente no existe. No obstante, los órganos sindicales manifiestan su preocupación y advierten que, horas después de su primer aviso, la situación se agrava.
Llegan refuerzos, pero las bajas los eclipsan
La región se encuentra en situación oficial de epidemia desde el 23 de diciembre, pese a que entonces la incidencia de la gripe era muy inferior a la actual, con 26,88 casos por cada 100.000 habitantes. Aunque las tasas de incidencia seguían siendo inferiores a las del último invierno, la situación comenzó a ser alarmante y, finalmente, se han confirmado los pronósticos. Para afrontar este tipo de dificultades, la Comunidad de Madrid cuenta con un Plan de Invierno en el que este año, según se anunció en noviembre, se incorporaron unos 1.800 profesionales sanitarios a las plantillas de los hospitales, cantidad similar a la que por estas fechas se incluyó en 2023.
No obstante, dado el número de bajas laborales en vigor, el órgano sindical advierte que muchos de estos refuerzos no se destinan realmente a aumentar los recursos disponibles, sino a “suplir” las carencias no cubiertas o reducciones de jornada. Es decir, que los hospitales quedarían casi igual que al principio. El éxodo vacacional siempre es un síntoma previo al aumento de enfermedades contagiosas, por lo que estos centros se preparan semanas antes para aguantar el tipo. No obstante, en la Comunidad de Madrid han sido criticadas algunas fórmulas tanto por parte de sindicatos como de profesionales particulares, como recientemente ocurrió en el Hospital 12 de Octubre.
En este caso, el día de Navidad saltó la noticia de que la dirección del centro había informado a los jefes de servicio de que sus adjuntos tendrían que utilizar las guardias para apoyar a los médicos en Urgencias, los de familia o internistas, y se establecieron turnos rotatorios para que siempre hubiera un profesional de una especialidad externa ejerciendo estas funciones. Por lo tanto, el resto de departamentos contarían también con menos recursos que de costumbre.