Vuelve Gabana. La histórica discoteca donde se reunía la clase alta madrileña y a muchos famosos reabrió después de las fiestas de Navidad en un nuevo local, cerca de Avenida de América. Situada en la parte baja de un edificio de oficinas, la sala se ha puesto en marcha sin hacer ruido, afinando sus piezas de cara a la inauguración oficial, a la que todavía no se ha puesto fecha.
Gabana se ha trasladado desde la calle Velázquez hasta el número 39 de María de Molina, una calle con mucho tráfico y grandes oficinas, donde sus impulsores intentarán replicar el ambiente de exclusividad, lujo y salas VIP que acabó de forma abrupta en el año 2018.
“Duplicamos el aforo de la sala anterior”, explicaba Tito Pajares al describir el espacio interior, con restaurante y terraza, en un reportaje en El Confidencial, medio que avanzó la apertura el pasado fin de semana. En él relata también los famosos que acudían al lugar cuando estaba en la calle Velázquez: Bruce Willis, Sofía Loren, Cristiano Ronaldo o Tom Jones, que le gustaba ser fotografiado cerrando las puertas de la sala, cuando pasaba por Madrid.
El aforo es, efectivamente, más amplio que el del local anterior, que ha pasado de 299 a 699 personas, según documentos a los que ha tenido acceso Somos Madrid. El aumento del número de personas que caben en el lugar se aprobó por el Ayuntamiento de Madrid a finales de septiembre, después de una tramitación de cuatro meses, gracias a un Plan Especial de Control Urbanístico-Ambiental de Usos.
El aumento de aforo ha venido acompañado de una modificación en el tipo de sala de fiestas autorizada en este espacio, que ahora también cuenta como restaurante. “En Gabana, la noche cobra vida con un ambiente que fusiona lujo, música vibrante y el inconfundible espíritu de la alta sociedad”, explican sus responsables sobre el nuevo local en su página web, que ha vuelto a la vida cinco años después de dejar de tener actividad. “Gabana regresa para dejar huella en la escena nocturna, donde cada momento se convierte en un capítulo de tu propia leyenda”, añaden.
Para ese momento parece que todavía queda bastante para recuperar el glamour que rodeó el anterior negocio de Velázquez durante 23 años, a juzgar por las reseñas que están dejando sus primeros clientes en Google, donde se quejan de restricciones para el acceso a menores de 30 años o precios desorbitados por botellas, que se han de contratar en la puerta.