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Khaled, el futbolista que llegó a Vallecas desde la franja de Gaza y busca una oportunidad en el Rayo

En Vallecas existe un pequeño club, el CD Independiente de Vallecas, cuyo destino se rige asambleariamente. Es exponente de un fútbol popular asentado en lo cercano y en lo pequeño que, sin embargo, mira muy atentamente lo que pasa allende cualquier frontera. Con este equipo entrena y juega actualmente Khaled Dader, un jugador profesional de fútbol gazatí refugiado en nuestro país. Sus sueños: sacar a su familia de Palestina, para lo que ha abierto una campaña de crowdfunding, y obtener una oportunidad en algún club de fútbol profesional para seguir ejerciendo su profesión.

Llegó al Independiente de Vallecas de la mano de sus auxiliares en Cruz Roja –solo tiene palabras de agradecimiento para ellos, Luis y Mona–. Allí se encuentra a gusto, como uno más en un equipo al que ha calado perfectamente: “son como una familia, y como un solo cuerpo, siempre cooperando”, dice. El cariño y la admiración son mutuos. “Aún no nos creemos que una persona con la calidad futbolística y, sobre todo, humana, que demuestra, haya decidido darnos la oportunidad de disfrutar de su esfuerzo y trabajo”, declaran desde el club.

La situación no es completamente nueva para el Independiente de Vallecas, de todos modos. “Ahora mismo, estamos colaborando con distintas entidades y tenemos desplazados y desplazadas de varias regiones con nosotras”, cuentan desde el club de socios vallecano.

Khaled nos explica lo complicado que es conseguir ser futbolista –ser, jugar, en sí mismo– para un niño palestino. “La situación es diferente a la de los otros países árabes o extranjeros” –afirma– “cuando llegamos a la edad de seis años, empieza el sufrimiento, el dolor y la responsabilidad debido al asedio y las guerras en Palestina. Un niño puede perder a sus padres cuando es muy pequeño.”

Además de las trabas vitales, compartidas con todos los ciudadanos palestinos, está la precaria situación del deporte en el país. “El asedio y las guerras obstaculizan el desarrollo del fútbol en mi país, además de la suspensión de la liga por las guerras y las barreras existentes, que impiden la continuidad de la liga”, explica refiriéndose a la dificultad que tienen los equipos de Gaza y Cisjordania para jugar entre sí, aún en tiempos de paz.

Pese a todo, Khaled ha conseguido el sueño de ser futbolista. Este joven de 26 años debutó con sólo 17 en la liga con el Gaza Sporting Club. “Tratamos de adaptarnos a esta difícil situación y demostrar que el jugador palestino es capaz de mostrar su valía y convertirse en un profesional en las ligas árabes o extranjeras”, explica. Este es el camino que también él siguió, jugando en el Al-Najma de Bengasi, en la liga libia.

Khaled es aficionado del Real Madrid y del Rayo Vallecano, equipo en el que le encantaría tener una oportunidad. “Espero jugar en el Rayo , este club tiene una gran base de seguidores y siempre es el caballo negro de la liga; es el único club por el que apuestas para frenar al Real Madrid y el Barcelona. Espero unirme a este equipo. Que el presidente del Rayo Vallecano, Raúl Martín Presa, y el entrenador, Íñigo Pérez, me den la oportunidad de pasar por un periodo de prueba dentro de este prestigioso club, que amo desde joven”.

En Vallecas, cuenta, se encuentra muy a gusto. “Todo el mundo, en cuanto sabe que soy palestino, me dice que aman Palestina y que esperan que yo y mi familia estemos bien. Es un barrio estupendo y su gente es gente muy amable”.

De momento, entrena y juega duro con el Independiente y estudia español. Intentamos hacer esta entrevista en árabe –utilizando traductores online– pero él se empeñó en hacerlo en castellano. En un futuro, después de pasar por el fútbol profesional, quiere trabajar en el ámbito del derecho, que estudió, la traducción y preparase para ser entrenador de fútbol.

Pero su empeño en seguir siendo futbolista no le distrae del objetivo de reunirse con su familia en Europa, que está pasando por una situación terrible. Su casa fue destruida y se encuentran desplazados, por lo que no ha podido hablar con ellos en las tres últimas semanas. Además, su hermano cayó herido y necesita ser evacuado para recibir atención médica. “Mi familia duerme en las calles y aceras. Vive en una tienda de campaña sin todas las necesidades básicas”, explica con pesar antes de pasar a relatar la situación por la que pasan sus compatriotas:

“La vida en Gaza antes del 7 de octubre ya no era vida, las cosas eran difíciles y complicadas en todos los aspectos. Ahora, después de los acontecimientos del 7 de octubre, Gaza ha quedado completamente destruida, no es apta para la vida, no hay peatones, no hay electricidad, no hay comida y no hay refugio. La gente de Gaza ha regresado a la Edad de Piedra”.

El CD Independiente de Vallecas es un equipo de fútbol popular (un movimiento internacional de clubes democráticos y con valores) nacido por iniciativa de un grupo de vecinos vallecanos cansados de la deriva comercial del fútbol profesional. Juegan la liga autonómica en divisiones bajas y lo hacen en el campo de La Unión, en el barrio de Santa Eugenia, que comparten con el veterano Elida Olimpia. El ambiente en el campo de la franja –la típica instalación de barrio con chiringuito a pie de campo, de las que ya no abundan– es digno de vivirse. Entre quienes se sientan en la grada y juegan en el campo se escuchan muchos acentos diferentes. Su consigna es “Antifascismo, barrio y fútbol”, en ese orden, pero el barrionalismo no está reñido con el internacionalismo, como demuestra su segunda equipación, que apoya a la causa saharaui, y como evidencia, también, la presencia de Khaled en sus filas.