Aprobada la reforma para hacer “más habitable” la plaza Tirso de Molina, que llegará a cuatro calles cercanas

Diego Casado

Madrid —

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Nueva reforma de calado en el corazón de Madrid. El Ayuntamiento ha aprobado este jueves en Junta de Gobierno las obras para el lavado de cara de Tirso de Molina, que también afectará a las calles que desembocan allí. El objetivo es transformar el lugar para hacerlo “más habitable”, asegura el consistorio en nota de prensa.

Lo hará suprimiendo barreras arquitectónicas, eliminando espacios inseguros y ampliando el número y superficie de espacios verdes, además de incluir la renovación del mobiliario urbano y la zona de juegos infantiles. Los trabajos, que serán ejecutados por el Área de Obras y Equipamientos, costarán 3 millones de euros.

La intención del Ayuntamiento es reordenar el espacio de la plaza para convertirlo en un espacio público seguro y medioambientalmente adaptado, además de mejorar pavimentos, jardinería (la red de riego, que había dejado de funcionar en varias zonas, será renovada) o alumbrado, que también se cambiará completamente con luminarias más eficientes. El pavimento de adoquines prefabricados será sustituido por otro de granito. El drenaje de la plaza también será cambiado para evitar filtraciones a la estación de metro.

La última reforma de la plaza data del año 2006, cuando Gallardón estableció su distribución actual y los puestos de flores característicos, que no tendrán que cerra durante el año largo de obras (se iniciarán a finales de año y acabarán en primavera de 2026). Las imágenes del resultado final distribuidas por el Ayuntamiento de Madrid no muestran grandes cambios, más allá de llenar de flores las jardineras ahora secas por la falta de riego.

Pero la reforma de Tirso de Molina se extenderá más allá de la propia plaza y discurrirá por las calles Doctor Cortezo, Conde de Romanones, Colegiata y Concepción Jerónima. En ellas se ensancharán aceras, que actualmente se encuentran muy deterioradas y no conceden espacio suficiente al peatón. La actuación será complementaria con la transformación de Jacinto Benavente, cuyas obras coincidirán durante varios meses con las de Tirso.

Algunas de las calles aledañas que no se tocan, como Magdalena o Duque de Alba, fueron arregladas durante la etapa de Manuela Carmena como alcaldesa, un momento en el que también se ensancharon aceras y redujeron plazas de aparcamiento.

Esta intervención incluirá la plantación de 46 árboles y más de 2.500 arbustos. El consistorio aprovechará la reforma para reordenar la movilidad del entorno, con nuevas paradas de autobús para descongestionar la cercana Jacinto Benavente, donde también comenzarán las obras en breve. Se pintarán otros espacios destinados a carga y descarga, habrá una nueva distribución del aparcamiento de residentes y de diversos servicios municipales como contenedores para el reciclaje de residuos, estaciones de Bicimad y otros elementos del mobiliario urbano.

El alcalde de Madrid prometió reformar Tirso de Molina durante la campaña electoral del año pasado, después de que hubiera contemplado estas obras durante su primer mandato. Será una de las plazas del centro en ponerse de obras en los próximos meses, además del Dos de Mayo, que espera el resultado de un concurso del COAM para su remodelación, o la citada Jacinto Benavente.