Las obras de conservación y acondicionamiento de los ocho quioscos de flores situados en la Plaza Tirso de Molina han dado comienzo. El objetivo, devolverlos a su estado original gracias a labores de mantenimiento y conservación, tanto el exterior como del interior de los mismos, lo cual afectará a su carpintería metálica y de madera y a los acabados e instalaciones necesarias para su correcto funcionamiento.
El presupuesto con el que cuentan estas obras asciende a 87.998,79 euros y se van a ejecutar en dos fases. La primera se inició el pasado dos de julio y afecta a la mitad de los quioscos. Los cuatro floristas afectados por las mismas han sido reubicados en la misma plaza en casetas provisionales. La segunda fase de estos trabajos seguirá la misma pauta.
Según contrato, las obras deberán estar finalizadas en un plazo máximo de cinco meses. La adjudicataria ha sido la empresa CYOPSA-SISOCIA, S.A, que presentó la única oferta recibida por el Consistorio.
Tras una década en funcionamiento, los quioscos se habían deteriorado y las obras buscan proporcionar “un espacio más apropiado y confortable” para el trabajo diario de los floristas, según ha dicho el concejal de Centro, José Fernández.
Concesión administrativa
Madrid “está procediendo a regularizar la concesión de estos establecimientos florales” situados ene Tirso de Molina, según el Ayuntamiento. Actualmente, la concesión está en la fase final de adjudicación. En palabras de José Fernández, “hemos trabajado con los propios comerciantes de los quioscos de flores para que continúen trabajando en sus puestos”.
En sus inicios, el Ayuntamiento de Ruiz-Gallardón cedió gratuitamente a Mercamadrid la gestión de estos puestos, tras una convocatoria para adjudicarlos que quedó desierta. Mercamadrid, a su vez, delegó la gestión en la empresa La Flor de Tirso, que incumplió los compromisos de subarriendo generando una deuda de los propios vendedores con la concesionaria.
Durante el mandato de Manuela Carmena desapareció la intermediación de La Flor de Tirso, pero la adjudicación a quienes trabajan los puestos desde hace 10 años no se materializó, quedando ésta en una especie de limbo que genera inseguridad en quienes se trabajan estos puestos mínimos, de cuatro metros cuadrados, sin calefacción ni cámaras frigoríficas.
Los puestos de flores de Tirso de Molina surgieron durante la última remodelación importante de esta plaza con el objetivo de dotarla de personalidad y de que sirvieran para apaciguar una zona que presentaba problemas de convivencia, reactivándola a la vez comercialmente.