Cuenta atrás para un clásico del Rastro: adiós a 60 años de Alfonso Castillo

A Alfonso Castillo, artesano de segunda generación del cristal y de las lámparas, le ha llegado el momento de jubilarse. El 15 de marzo será el día del adiós definitivo y silencioso de un comercio-taller que su padre, de idéntico nombre, abrió en 1960 en el número 16 de la calle Fray Ceferino González.

Seguramente, pocas personas repararán en este cierre que, sin embargo, no pasará por alto una clientela que durante años, tantos como 61, ha buscado las manos expertas de los Castillo tanto para dar una segunda oportunidad a sus lámparas como para encargarles el diseño y producción de otras de nuevo cuño.

“He trabajado mucho con diseñadores y decoradores que buscaban lámparas exclusivas”, comenta Alfonso mientras enseña el amplio catálogo de modelos de su creación que a modo de muestra ha ido reuniendo a lo largo de su vida profesional.

“Mi especialidad ha sido la creación de lámparas de latón de inspiración art decó y art nouveau”, indica recordando los tiempos en los que participaba con éxito en certámenes de diseño que, según cuenta con cierto resquemor, solían ganar quienes trabajaban con cerámica (“Como si ellos fueran más artesanos que nosotros”). Mientras habla, paradójicamente, sobre la mesa del pequeño taller de reparación que hay en la tienda, escucha ufana su relato una lámpara de Manises a la que Castillo renovará el sistema eléctrico.

“Haga usted las fotografías que quiera del local pero no me saque a mí”, solicita.

En cuestión de días Alfonso Castillo pasará a ser un jubilado anónimo más mientras que el Rastro y Madrid tendrán un maestro artesano menos. Hasta entonces, todo en esta abigarrada tienda está en liquidación: de lunes a jueves entre las 10 y las 13:30 y de 17 a 20 horas; viernes y domingo, de 10 a 14.