La tarde del lunes 18 de julio, con 40 grados de calor en el termómetro, a cuatro vecinas de Lavapiés de origen bangladesí que acudieron a la piscina municipal Las Peñuelas junto a ocho niños les negaron la entrada al recinto. El motivo, no haber comprado con anterioridad por internet las correspondientes entradas.
Los niños lloraban mientras que los trabajadores de la piscina trataban de explicar a sus madres el origen del problema: según las normas del Ayuntamiento, para el acceso a los recintos deportivos de este tipo en 2022 todos los usuarios deben adquirir sus entradas telemáticamente, reservándose un 5% de ellas para su venta en taquilla pero sólo a “personas afectadas por la brecha tecnológica”, aclarando el Consistorio que esa “brecha” sólo incluye a personas mayores de 65 años y a personas con discapacidad.
Esta excepción, pensada en principio para no dejar a nadie atrás, se olvida, sin embargo, de quienes -como las afectadas- no dominan el castellano, no manejan dispositivos electrónicos o no disponen de una tarjeta bancaria con la que realizar el pago 'online' de las entradas.
La asociación vecinal Hola Vecinas, que trabaja en Lavapiés con personas migrantes, denuncia esta situación y advierte de que lo que sucede con las entradas en las piscinas públicas madrileñas no sólo es inaceptable en un servicio municipal por discriminatorio sino que podría ser directamente ilegal al estar obligando al pago electrónico de un servicio, cuando desde finales de mayo la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios blinda los pagos en metálico impidiendo que “ningún local” niegue el cobro en efectivo.
Por este motivo, desde esta asociación se exige al Ayuntamiento de Madrid una rápida rectificación y que permita a otros colectivos, además de a los jubilados, tener acceso a las entradas que reserva para su venta en taquilla.
“El actual sistema de venta de entradas de las piscinas municipales de Madrid no sólo afecta y excluye a personas migrantes, por no hablar de a personas sin papeles, sino también a quienes no saben leer o desconocen el idioma español y a personas desbancarizadas o que, al menos, no poseen una tarjeta de débito o de crédito, que son más de las que podamos pensar”, indican.
“La Administración no puede establecer barreras entre sus ciudadanos. Debe facilitar la participación social de las personas en los espacios municipales, tener en cuenta estas casuísticas y darles una alternativa. A todas luces, la brecha tecnológica de la que habla el Ayuntamiento resulta mucho más ancha y profunda de lo que previó”.
En Hola Vecinas hablan desde la experiencia y aseguran que el caso relatado de las mujeres de Lavapiés que no pudieron entrar a la piscina la pasada semana no es algo aislado. De hecho, a los múltiples servicios que ofrece la asociación en su local de la calle Dos Hermanas se han visto obligados este año a añadir el de sacar entradas a las piscinas municipales a no pocas personas.
Pancartas antidiscriminación
La piscina del centro deportivo Peñuelas está situada en el barrio de Acacias, perteneciente al distrito de Arganzuela, y es la que les queda más cerca a los habitantes de Lavapiés. Ayer se convirtió también en el recinto en el que vecinos del barrio de Embajadores con dificultades para acceder por sí solos a sus instalaciones, por los motivos ya expuestos, protagonizaron una protesta.
Acompañados por miembros de Hola Vecinas, que fueron quienes una vez más compraron por ellos las entradas al recinto, un total de 25 adultos y 42 niños desplegaron pancartas en las que hacían visible su problema.
Con lemas como 'Entradas en taquilla para todos', 'Acceso universal *Reservado el derecho de admisión a usuarios de tarjetas bancarias e internet', 'Al agua no se meta si no tiene tarjeta' y 'Para usar el bañador has de tener ordenador', alzaron la voz exigiendo soluciones.
En esta piscina, en cada uno de los dos turnos de mañana y tarde que hay se ponen a la venta 500 entradas. Si el 5% de ellas quedan reservadas para ofrecerlas en taquilla significa que sólo son 25 las que están disponibles para su adquisición directa. Ni abriendo ese cupo a los colectivos que las reclaman sería suficiente para, previsiblemente, satisfacer la demanda. Según los afectados, también sería necesario replantearse ese porcentaje.
El Ayuntamiento, dispuesto a solucionar el problema
Preguntados por Somos Lavapiés sobre este asunto, fuentes del Área Delegada de Deporte del Ayuntamiento de Madrid aclaran que es la primera noticia que tienen sobre la existencia de este problema, “ya que no hemos recibido ninguna queja ni ninguna reclamación al respecto”, añadiendo: “No podemos poner solución si no conocemos el problema”.
“Queremos dejar claro que la protesta no responde a una falta de atención por parte del Ayuntamiento”, indican las mismas fuentes.
“Desde el Área de Deporte estamos dispuestos a hablar con ellos para buscar una solución al problema, para lo que le vamos a facilitar el correo electrónico del Área con la finalidad de que se pongan en contacto con nosotros y buscar una solución”.