Entre las 19 y las 21 horas del pasado jueves un importante despliegue policial cerró el entorno de la plaza Nelson Mandela y varias calles aledañas, cortando el tránsito peatonal de la zona perimetrada y procediendo a realizar en ella un número indeterminado de controles a distintas personas que se encontraban en ese momento en el espacio público.
Según fuentes de la Policía Nacional, no fue más que una operación de “seguridad preventiva” como las que se realizan de tanto en tanto en otras partes de la ciudad.
Sin embargo, numerosos vecinos del barrio no lo sintieron como algo rutinario y por la gran cantidad de agentes que participaron en la operación y por dónde se situó el epicentro de la misma pensaron que lo que estaba sucediendo era el desalojo del edificio en el que se encuentra el centro social okupado La Quimera, objeto de numerosas críticas vecinales y políticas que han arreciado en las últimas semanas.
Sea como fuere, el resultado de la acción policial, que llenó la zona de coches de policía y de 'lecheras', no fue significativo: no hubo detenidos ni se han notificado incautaciones de algún tipo o cualquier otro hecho reseñable.
Desde el departamento de prensa de la Policía Nacional, sin querer desvelar con exactitud el número de agentes que participaron en la acción, sí confirman el operativo, en el que también participaron miembros de la Policía Municipal de la Comisaría de Centro, al tiempo que insisten en lo normal de este tipo de actuación policial.
Por su parte, desde el Ayuntamiento, lo que han confirmado a este periódico es que el jueves hubo una actuación “coordinada de Policía Nacional, Policía Municipal y operarios de Sanidad del distrito en La Quimera como consecuencia del incendio ocurrido en el edificio la semana pasada”. En ciertas partes interiores de este inmueble, donde viven personas que no tienen otros recursos habitacionales, se acumulaban distintos elementos abandonados, trastos y basura, según se pudo ver el miércoles en un reportaje emitido por Telemadrid, y en la mañana del jueves trabajadores municipales procedieron a retirar distintos objetos de su interior.
Este viernes, José Fernández, concejal del distrito Centro, felicitaba y agradecía a la Policía la acción llevada a cabo en Lavapiés el día anterior. Lo hizo a través de su cuenta de twitter: “Quiero felicitar a @policia y @policiademadrid por su intervención de ayer en #Lavapiés. Un Lavapiés para sus vecinos y comerciantes y seguro. Siempre estaremos agradecidos con vuestro trabajo”, escribía el concejal, quien también compartió unas imágenes que hablan por sí solas de la magnitud del operativo.
En Lavapiés, mientras que algunos vecinos reclaman mayor vigilancia, otros denuncian que la excesiva presencia policial que, a su parecer, hay en la zona la estigmatiza, haciendo creer que es mucho menos segura de lo que realmente es y, en consecuencia, abonando el terreno para acciones futuras de distinta índole.
Manolo Osuna, presidente de la asociación vecinal La Corrala, en declaraciones a este periódico aseguraba hace unos meses que “Lavapiés es un lugar tan seguro como cualquier otro del distrito Centro, con sus problemas puntuales”. Hoy reconoce que existe “hartazgo” entre vecinos que viven en el entorno de La Quimera con lo que sucede en los alrededores del edificio, por lo que denuncian falta de seguridad.
Un herido por arma blanca
Al margen de esta operación de “seguridad preventiva”, lo que sí ha reportado la Policía Nacional es que ese mismo jueves, y cuando ya todo el dispositivo había acabado, a las 22:45 horas se produjo un apuñalamiento a la altura del número 3 de la calle Tribulete. La víctima, un ciudadano libio de 29 años, dijo haber sido atacado por un grupo de personas con las que se había peleado en otra zona de la ciudad. Tras ser asistido por el Samur, fue trasladado al Hospital 12 de octubre con una herida leve.