Madrid cumple en 2024 los límites de contaminación europeos y Almeida aprovecha para relajar el control a coches sin etiqueta
Madrid cumplió en 2024 por tercer año consecutivo con la directiva europea de calidad del aire y cerró el curso con los registros de dióxido de nitrógeno (NO2) más bajos de su historia, según ha avanzado el Ayuntamiento este jueves en un comunicado.
“Empezamos este nuevo año 2025 con la mejor de las noticias: Madrid respira mejor que nunca. Los datos de 2024 nos confirman que, por tercer año consecutivo, hemos conseguido los mejores registros de calidad del aire de nuestra historia. Consolidamos, por tanto, un modelo de ciudad más limpio, más sano, más sostenible y para todos”, ha destacado el alcalde, José Luis Martínez-Almeida.
De esta forma, la ciudad cumple por tercer año con la directiva europea de calidad del aire en 2024, cuando ninguna de las 24 estaciones de la red superó los 31 microgramos por metro cúbico (ug/m3). La capital infringió desde 2010 hasta 2021 los umbrales de dióxido de nitrógeno establecidos en el valor límite anual de la directiva, cuyo máximo se fija en 40 microgramos por metro cúbico (ug/m3 )
La introducción de Madrid Central durante el mandato de Manuela Carmena (ahora Madrid 360) comenzó a moderar unos datos en los que también juegan un papel clave condiciones meteorológicas como las precipitaciones acumuladas a lo largo de los meses.
En la última década, el peor año de calidad del aire fue 2017, cuando se superó este límite en 15 de las 24 estaciones que tiene la ciudad. En 2018 se rebasó en siete de ellas, siendo este precisamente el último año de referencia incluido en la sentencia condenatoria del Tribunal de Justicia Europeo a España por los reiterados incumplimientos de Madrid, Barcelona y Baix Llobregat desde 2010.
En cambio, en 2024 ninguna de las 24 estaciones de la red ha superado los 31 microgramos por metro cúbico (ug/m3 ), mientras que en el año 2019, había 19 que superaban este valor. Asimismo, Plaza Elíptica, el que fuera hasta 2022 el punto negro de la contaminación en Madrid, ha cerrado el año en 31 ug/m3, lo que supone una rebaja del dióxido de nitrógeno del 41,5% desde 2019 y del 13,9% respecto a 2023.
De igual modo, la estación de Escuelas Aguirre ha sido un punto problemático de calidad del aire. En cinco años, el nivel de NO2 en este punto ha disminuido casi a la mitad (45,1%). Otras reducciones de NO2 desde 2019 se reflejan en Urbanización Embajada (-52,6%), Méndez Álvaro (-41,2%), Arturo Soria (-41,2%), plaza de España (-40%), Retiro (-40%) y Castellana (-35,5%), según los datos del Ayuntamiento.
El portavoz socialista de Movilidad en el Ayuntamiento de la capital, Ignacio Benito, ha aconsejado al equipo de Almeida que sea “mucho más prudente” a la hora de presumir de los datos de calidad de aire que respiran los madrileños “cuando cada año mueren en Madrid 2.000 personas por culpa de la contaminación”. “Desde el PSOE nunca vamos a poder aplaudir estos datos cuando cada año mueren en Madrid 2.000 personas por culpa de la contaminación. De hecho, llevamos seis años intentando que se aborde esta demoledora cifra como lo que es, un problema de salud pública ante el que no cabe conformismo alguno”, ha señalado el concejal a través de un comunicado.
Suavización de restricciones pese al futuro endurecimiento de la exigencia europea
La nueva directiva europea fija en 20 ug/m3 el límite para dentro de cinco años. En este sentido, Almeida ha avanzado que la capital se adelanta, “liderando la apuesta por la sostenibilidad”, y en nueve estaciones la capital ya se sitúa “en los exigentes niveles de calidad del aire que Europa establecerá para 2030”, que reduce a la mitad los niveles máximos establecidos.
En realidad son cuatro, ya que cinco de ellas llegan justo a ese nivel. Se trata de Arturo Soria (20 ug/m3), Méndez Álvaro (20 ug/m3), Juan Carlos I (20 ug/m3), Sanchinarro (20 ug/m3), Tres Olivos (20 ug/m3). Quedan por debajo Urbanización Embajada (18 ug/m3), Retiro (15 ug/m3), Casa de Campo (15 ug/m3) y El Pardo (11 ug/m3). En 2019, solo una estación disminuía ese valor (El Pardo, en 16 ug/m3 ).
La edil de Más Madrid Esther Gómez apunta que “Almeida vive de las rentas de las políticas de calidad del aire de Manuela Carmena mientras empieza el año con una moratoria para vehículos sin etiqueta” y alerta de que, a pesar de la buena evolución de los datos, “estos incumplen los parámetros de la nueva directiva europea aprobada el pasado mes de mayo que entrará en vigor en 2030, que reduce los límites a la mitad y sólo cumplirían 4 de las 25 estaciones de medición de la ciudad (entre ellas, las tres emplazadas en la Casa de Campo, El Pardo y El Retiro)”.
Más Madrid pone el foco en los datos que el Gobierno Almeida prefiere ignorar sobre la concentración de ozono troposférico, que son los peores datos históricos de la ciudad y contrastan con la tendencia a la baja del resto del país. “Pedimos tomar medidas efectivas desde ya para adaptar la ciudad al reto de la calidad del aire, fundamental en términos medioambientales, climáticos y de salud pública”, añade Gómez.
Así, pese a que todavía hay 20 estaciones que no alcanzarían ese nuevo objetivo europeo, el Gobierno de Almeida ha relajado las restricciones al tráfico de los coches contaminantes en 2025. Finalmente, los vehículos sin etiqueta (tipo A) registrados en la ciudad sí podrán circular por ella gracias a una moratoria de doce meses con avisos pero sin multas, y sus conductores podrán renovar el abono del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER). La única excepción serán las Zonas de Bajas Emisiones Especial Protección (ZBEDEP), en Centro y el entorno de Plaza Elíptica.
El regidor ha puesto de nuevo en valor la Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360, un modelo “de éxito” que permite tener mejor “calidad de vida” gracias a las medidas que contempla y que ha demostrado que el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental “son compatibles”. “Hace apenas unos años muchos creían que era imposible revertir la situación ambiental de Madrid, que incumplía de manera sistemática los parámetros de calidad del aire marcados por Europa. Pero una vez más, esta ciudad ha demostrado que no hay reto que se nos resista”, ha destacado Almeida pese a sus últimos bandazos en la estrategia.
Unos titubeos que llegan después de que una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) anulase sus tres Zonas de Bajas Emisiones y mandara a la capital a la casilla de salida en cuanto a la legislación ambiental. El TSJM echaba por tierra en septiembre la Ordenanza de Movilidad Sostenible que el propio Almeida tuvo que volver a aprobar en el año 2021 por otra sentencia judicial que tumbó Madrid Central, entonces por una demanda del propio PP. Buena parte de la campaña electoral del ahora primer edil giró en torno a su supresión y, una vez en la alcaldía y debido a su acuerdo con Ciudadanos, tenía que lidiar con mantener de alguna forma las restricciones para seguir reduciendo la contaminación en Madrid.
Ahora el Ayuntamiento ultima una nueva Ordenanza de Movilidad, mientras recurre el fallo judicial al Supremo para mantener la vigencia de la anterior, a su vez mermada por unas últimas modificaciones con las que Almeida trate de mantener un frágil equilibrio: contentar a gran parte de su electorado a la vez que puede presumir de la mejora en los datos de contaminación.
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