Madrid descarta por su “elevado coste” poner en marcha el Obelisco de Calatrava, regalado a la capital y parado desde 2009

Somos Madrid

20 de febrero de 2024 10:14 h

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Muchos madrileños lo desconocen, pero el Obelisco de Calatrava, la enorme columna dorada situada en Plaza Castilla, fue construido para moverse y tiene instalados 126 motores, que deberían accionar sus más de 500 lamas de bronce. Pocos en esta ciudad han visto ese movimiento. Cuentan las crónicas que la última vez que se puso en marcha fue en el año 2011, pero desde su inauguración, en 2009, nunca se accionó de forma regular.

Tampoco se accionará en los próximos años. El área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid lo descarta completamente debido a su “elevado coste”: “No hay previsión de variar las condiciones de la situación del Obelisco”, explicaba este martes la directora de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid, Elena Hernando.

El Ayuntamiento respondía a una pregunta de Vox en la comisión de Cultura, Turismo y Deporte. En su contestación, explicaba que el presupuesto de contratar el mantenimiento anual se elevaba en 2012 a 150.000 euros, la mitad del total que la capital invierte cada año en conservar el resto de monumentos municipales. “Con la subida de precios de estos últimos años es de suponer que el presupuesto necesario para financiar el movimiento del Obelisco sería muy superior al de 2012”, añadía Hernando.

La columna de Plaza Castilla fue la primera obra en Madrid del arquitecto Santiago Calatrava. La desaparecida Caja Madrid lo donó a la ciudad para celebrar sus 300 años, aunque después se supo que 5 de los 14 millones de euros que había costado los había sufragado el Ayuntamiento. Mide 93 metros de altura y está compuesta de bronce y acero, con un revestimiento de pan de oro.

Una de sus características más originales era que la columna se dotó de una maquinaria hidráulica interna para darle movimiento. Sería una simulación de movimiento helicoidal: el monumento no giraría pero daría la sensación de hacerlo gracias al fluir de las lamas. Finalmente las anteriores alcaldías decidieron que no era viable el movimiento inicialmente ideado por el coste que tendría para las arcas municipales.