Abre Vaquería, un espacio permanentemente efímero

Vaquería abre en Malasaña. Nace un espacio de concepto novedoso que pretende convertirse en el hogar permanentemente efímero de las tan de moda 'pop up stores', un lugar que semanalmente irá mutando y que ha sido acondicionado como si de un escenario teatral se tratara para adaptarse a los diferentes productos y marcas que venda en cada ocasión, los cuales tendrán un decorado y una iluminación personalizada, a modo de instalación artística. El visitante, compre algo o no, siempre tendrá una razón para asomarse al número 16 de la calle San Joaquíncalle San Joaquín en busca de la sorpresa que el equipo creativo de Vaquería haya ideado.

La propuesta de Vaquería es ambiciosa y tiene doble destinatario: por una parte está el emprendedor que busca un sitio, sofisticado, en pleno centro de Madrid, en el que mostrar su producto; por otra está el público, siempre ávido de novedades y al que se le ofrece experiencia de compra. Destaca su cuidada decoración, la cual fusiona modernidad con guiños al pasado, y su sistema de precios de subasta inversa.

Tras su inauguración, Vaquería tiene ya programada una semana dedicada al mundo novias, otra al arte y la decoración, otra a las camisetas, al mundo niño...

Un lugar con historia para un negocio novedoso

Un lugar con historia para un negocio novedoso

Vaquería abre en lo que fue en su día una auténtica vaquería, de ahí su nombre, en la que hubo ganado hasta entrados los años 50. No serán pocos los malasañeros que recuerden la última etapa de la tienda que hubo allí hasta el año 2007, La Antigua Vaquería 'El Descanso', regentada en los últimos años por un matrimonio ya de ancianos y el gato que los acompañaba. Del local original destacaba la carpintería y las pinturas que lo adornaban: su mostrador modernista era un tesoro protegido cuyo actual paradero se desconoce, mientras que la decoración pictórica -que databa de la primera década del siglo XX- reproducía en lienzos y frescos obras del checo Alfons Mucha. El edificio actual del 16 de San Joaquín es de nuevo cuño, ya que se levantó en el solar que dejó el edificio histórico, que fue en origen un convento del siglo XVII y se derribó en 2007 casi por completo, respetando sólo su fachada.