La fotografía con la que abrimos nuestro artículo con historia de hoy recoge la algarabía de una serie de quintos (mozos de reemplazo del servicio militar) en los alrededores del Cuartel del Conde Duque hacia 1935. La segunda –que se puede ver un poco más abajo–, uno de aquellos sorteos, el que se celebró dos años antes también cerca del barrio: en el Cuartel de la Montaña, en Principe Pío. Ambas fotografías pertenecen a la obra del genial fotógrafo Santos Yubero.
El servicio militar obligatorio es hijo de la ilustración y un avance del pueblo “en armas” frente al ejército de “los poderosos”. En España, las Quintas datan de tiempos de Carlos III, pero a finales del siglo XX, y tras la dictadura franquista, la mili tenía ya una percepción social bien distinta, dando lugar a uno de los episodios más importantes de desobediencia civil de este país, primero a través del Movimiento de Objeción de Conciencia y luego el de Insumisión a partir de 1988, momento en el que –no sin culpa de dicho movimiento anterior– se regula la Prestación Social Sustitutoria.
Muchos de aquellos sorteos, que algunos recordarán, (hubo un tiempo no tan lejano en el que se televisaban, incluso) se celebraron en distintas épocas en el cuartel de Conde Duque, lo que convertía el barrio aquellas mañanas en escenario diverso de correrías juveniles: algunos celebrando, algunos compungidos y otros, a partir de cierto momento y como hemos visto, protestando.
A finales de los ochenta el movimiento antimili había adquirido mucha presencia pública y aprovechaba las fechas del sorteo para protestar con especial intensidad, con manifestaciones en las principales capitales de provincias. Un ejemplo de activismo en 1988:
“El acto de celebración del sorteo, reservado a autoridades y periodistas, en el Cuartel del Conde Duque, en Madrid, fue interrumpido por dos miembros del Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC), con gritos de ”servicio militar, secuestro legal“.
Fueron miles de españoles los que se negaron a hacer la mili (enfrentándose, no lo olvidemos, a la jurisdicción militar hasta 1991). No salían mucho en los medios, pero aquellas consignas del Mili KK estaban bien presentes en las calles de aquella España, para la que la mili había dejado poco a poco de ser un rito de paso ineludible para “hacer de sus hombrecitos hombres”.
El Servicio Militar Obligatorio fue abolido en España el 31 de diciembre de 2001, por el gobierno de José María Aznar, y los útimos insumisos salieron de la cárcel el año 2002. El argumento esgrimido fue la modernización de las Fuerzas Armadas, pero muchos viejos militantes sonríen pensando que aquella batalla la ganaron, por una vez, ellos.