La plataforma SOS Malasaña ha solicitado a la alcaldesa de Madrid, en una reunión en el palacio de Cibeles, en la que también ha estado presente el concejal de Centro, Jorge García Castaño, “un plan especial para Malasaña que aborde la grave situación que vivimos como consecuencia del parque temático de ocio y turismo en que se ha convertido nuestro barrio”. Entre otras cosas, SOS Malasaña ha expuesto que en la zona hay un bar por cada 50 habitantes y 25 hogares y que los miles de pisos turísticos que operan en el entorno “están cambiando nuestro barrio de manera imparable”. El encuentro con Carmena se ha producido después de que los vecinos hubieran listado ya esos mismos problemas que padece el barrio de Universidad a los responsables del distrito en otras ocasiones y que estos hayan puesto en marcha desde octubre distintas medidas correctoras con el objetivo de paliarlos.
Según Jordi Gordon, portavoz de SOS Malasaña, la alcaldesa se ha mostrado muy receptiva y ha reconocido mucha de la problemática, llegando a decir que sentía “vergüenza” de que ciertas cosas fueran así, para seguidamente mostrar su compromiso con la resolución de todos esos asuntos, empezando con la existencia del botellón.
Tras admitir los problemas que afectan a Malasaña y la singularidad del barrio, Carmena ha ofrecido a los vecinos medidas concretas, una persona que las coordinará y recepcionará nuevos avisos y una nueva reunión en marzo para evaluar los progresos y puesta en marcha de todo lo acordado en este martes. “Los vecinos interpretamos esa próxima reunión en un mes como una firme voluntad de la alcaldesa en mejorar el barrio”, indica un Gordon satisfecho con el resultado del encuentro.
“Que la alcaldesa reconozca los problemas que afectan a Malasaña sitúa al barrio en el centro de las preocupaciones del ayuntamiento y también nos sirve para abordar el tema con el resto de formaciones políticas, con las que pretendemos ir reuniéndonos”, declaran desde SOS Malasaña. “Es un paso adelante muy grande para devolver a Malasaña su esencia como barrio y lugar para vivir y nos hace pensar que, tras ese plan de medidas de choque urgentes que se necesitan, llegarían otro de tipo de iniciativas más a medio-largo plazo tendentes a garantizar la habitabilidad de la zona”.
En declaraciones a Somos Malasaña, el concejal García Castaño reconocía este lunes que el consistorio ya estaba aplicando un plan especial para la zona, tal y como habían demandado los vecinos, aunque sin llamarlo así explícitamente. De hecho, como consecuencia de esas primeras actuaciones coordinadas de distintas áreas ya tendrían los primeros datos objetivos, mensurables, que desde el distrito enviarán en breve a los representantes vecinales.
“Los casi 35.000 vecinos que vivimos en Malasaña nos sentimos acorralados por el botellón y los bares ilegales, el ruido permanente por encima de los límites legales, los pisos turísticos; la especulación inmobiliaria que desahucia a los vecinos, la suciedad, la desaparición del comercio de proximidad y un largo etcétera. Todo a costa de nuestros derechos, los de la ciudad y, en muchos casos, de nuestra salud”, apuntan desde SOS Malasaña, un “grito de socorro” que ha “unido a los vecinos por la supervivencia de nuestro barrio en un movimiento cada vez más amplio. Queremos Malasaña habitable y sostenible”, le han dicho los vecinos a Carmena.
Según el Ayuntamiento, la reunión con la alcaldesa de este martes se enmarca dentro de la serie de reuniones que se están desarrollando desde octubre con los vecinos de Malasaña, cuyo objetivo es abordar por parte municipal un plan de choque que comprende los narcopisos, el botellón, las viviendas turísticas, los locales de ocio conflictivos y la limpieza del barrio. Como consecuencia de lo que ya se ha avanzado, el Consistorio avanza que, en la actualidad ya no hay narcopisos en la zona norte del distrito de Centro. Por otro lado, “la constante presencia de una patrulla de Policía Municipal en la plaza del Dos de Mayo desde el pasado octubre ha impedido concentraciones de personas consumiendo alcohol en sus inmediaciones”.
Respecto a las viviendas de uso turístico, “el Ayuntamiento ha realizado durante el año pasado 1.308 inspecciones en el barrio de Universidad, habiéndose identificado 235 viviendas de este tipo e iniciado 121 expedientes de cese de ese negocio”.
En cuanto a irregularidades en locales, “de los 15 a los que se ha realizado un seguimiento exhaustivo como resultado del plan de choque, se ha procedido a precintar tres, a cuatro se les ha iniciado procedimiento sancionador y en un caso se ha abierto el procedimiento que puede acabar en cese de la actividad”.
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