La parroquia de San Antón (Madrid), situada en la calle Hortaleza, 67, acoge la tradicional bendición de mascotas con motivo de la celebración del día del patrón de los animales.
El padre Juan Villar será el encargado de derramar sobre las mascotas agua bendita y pronunciar las siguientes palabras: “El señor bendiga este animal y San Antón lo proteja de todos los males del cuerpo”.
Centenares de personas procedentes de todas las zonas de Madrid acuden cada año a esta fiesta. Todas las horas, desde las 9 hasta las 8, habrá una misa solemne, y a las 11 horas, la Banda de Cornetas y Tambores de la Policía municipal de Madrid ofrecerá una diana floreada.
La tradición señala que después de bendecir a los animales, los dueños reciben gratuitamente unos panecillos elaborados según una fórmula secreta que los mantiene tiernos durante bastante tiempo. Después, tienen que guardar el panecillo junto a una moneda y dejarla durante un año en el armario para sustituirla al año siguiente por una nueva, y así lograr la bendición del Santo.
Por otro lado, es muy típico entre los fieles realizar las llamadas 'vueltas del santo', que darán comienzo a las 17 horas, y que consisten en un desfile en el que todos los animales y sus dueños marchan por las calles Barceló, Fuencarral, Hernán Cortés, Mejía Lequerica y Hortaleza. También participan caballos de la Policía municipal, palomas mensajeras del Ejército, perros de salvamento de los Bomberos y de la ONCE, animales del Zoo de Madrid y varios ejemplares del circo.
San Antonio y los animales
Según recoge Europa Press, San Antonio Abad nació en el actual Egipto en el año 251, y murió en el 356 d.c, a los 105 años de edad. Se dice que cuando tenía 20 años, repartió todas sus posesiones entre los pobres y fundó varios monasterios.
En su vida destaca el encuentro que tuvo con San Pablo Ermitaño, recogido por Velázquez en su cuadro 'San Pablo y San Antonio', una obra donde aparecen los dos santos junto con un cuervo que acude a alimentarlos con un pan en el pico.
La leyenda cuenta que cuando San Antón veía a un animal herido, lo curaba, al igual que hizo con el cerdo que siempre le acompañaba y que le valió el apodo de San Antonio del Porquet. Por eso, en la ciudad de Madrid se rifaba antiguamente entre los vecinos un cerdo después de las celebraciones de los oficios religiosos.
La fiesta en Madrid
La fiesta estuvo prohibida en Madrid entre 1619 y 1725, pero se volvió a instaurar con la llegada al reino de Fernando VII. Con Isabel II, la fiesta alcanzó un éxito rotundo y así continuó durante todo el siglo XIX.
En 1923, la bendición pasó de realizarse en la calle Farmacia a la calle de Hortaleza, lugar donde se realiza actualmente. En esa época, un escolapio se asomaba a la ventana para bendecir y repartir saquitos de cebada en cucuruchos y panecillos del Santo a todos los asistentes. En aquel entonces, en la zona de la calle Hortaleza, considerada como marginal, convivían junto a los vecinos animales de patio y de campo como burros, gallinas o cerdos.
Durante la II República se volvió a prohibir la fiesta para volver a reanudarse en 1943. Pero en 1967, se suspendió otra vez para volver en 1985 y no desaparecer más.