El 29 de abril, y ante la insistencia del movimiento vecinal de Malasaña para que se le facilitara un espacio municipal, la Junta de Centro acordó la cesión de uso del gimnasio situado en la planta baja del centro cultural Clara del Rey para que operara desde allí un banco de productos no perecederos con los que la red solidaria del barrio ha estado ayudando a distintas familias a sobrellevar la crisis social generada por el Covid-19.
Esa cesión, de carácter temporal, tenía una clara fecha de finalización: 24 horas después de que acabara el estado de alarma, algo que sucedió el pasado 21 de junio. Sin embargo, no fue hasta ayer, miércoles, que Centro apremió a que el citado espacio fuera devuelto al Ayuntamiento, algo que hizo mediante una notificación en la que instaba a dejarlo vacío antes de las 10 horas de esta mañana.
El espacio cedido en Clara del Rey ha estado siendo utilizado para el almacenamiento y entrega a familias necesitadas de productos de higiene y limpieza, así como para poner en marcha Arropa, un ropero infantil. Sus usuarios han sido las mismas personas que utilizan el banco de alimentos del barrio para completar su cesta de la compra. Ese banco, ante la negativa municipal de que en Clara del Rey se almacenaran productos frescos, ha estado operando -y lo sigue haciendo- desde el local cedido por Ecologistas en Acción y asiste a más de 600 personas en la actualidad.
“La emergencia social no se ha acabado con el fin del estado de alarma”
“La emergencia social no se ha acabado con el fin del estado de alarma”
Pilar Cirugeda, presidenta de la Asociación de Vecinos de Malasaña, Universidad y Centro, entidad a la que se le concedió el uso de Clara del Rey, declara que procederán a la devolución de ese espacio cuanto antes, cumpliendo con lo acordado, si bien quiere recordar que “la emergencia social no se ha acabado con el final del estado de alarma” y que “los usuarios de las ayudas de distinto tipo que la red solidaria del barrio está prestando siguen necesitando apoyo”.
Por ese mismo motivo, Cirugeda se alegra de que, sabiendo que llegaría el momento de dejar Clara del Rey, los voluntarios de la red de Malasaña llevan días trasladando los productos que guardaban en ese almacén al edificio de la Casa del Cura, lugar desde donde van a poder seguir prestando a las familias beneficiarias la ayuda que llevan meses dándoles.
“Hechos como éste ponen de manifiesto que lo que veníamos reclamando desde el principio de la pandemia, que se nos entregara ya el edificio de La Casa del Cura, cuya gestión ganamos por concurso público, no era ningún capricho. En el barrio, las distintas asociaciones y colectivos vecinales y sociales que nos mantenemos activos necesitamos de un espacio propio desde el que desarrollar un amplio abanico de servicios y actividades gratuitas y abiertas a cualquier persona, un espacio con el que podamos contar a largo plazo. Clara del Rey fue una cesión que sabíamos que estaba muy acotada en el tiempo, en la Casa del Cura tenemos una cesión legal por cuatro años, por mucho que Almeida y sus socios de Gobierno la quieran revocar, y estamos demostrando la relevancia social que tiene el proyecto que estamos desarrollando en ella.