El de los Mostenses es el segundo mercado municipal más grande de los que hay en Madrid y uno de los más dinámicos y populares de la capital. Situado en un lugar privilegiado, junto a la Gran Vía y la plaza de España, mantiene toda la esencia de la plaza de abastos de barrio que ha venido siendo en el mismo enclave y edificio en el que se encuentra desde hace 75 años.
En la actualidad se encuentra inmerso en un plan integral de remodelación, impulsado y gestionado por sus mismos comerciantes, agrupados en asociación, que busca asegurar tanto su sostenibilidad como garantizar el tipo de servicio público que presta al vecindario en el que se sitúa.
Con una ocupación del 100%, 600 familias viven directamente de este mercado, que también abastece a la hostelería de varios kilómetros a la redonda.
Pescaderías, carnicerías y charcuterías y fruterías y verdurerías forman el núcleo mayoritario de su oferta comercial, conocida por la multiculturalidad de los productos que ofrecen, siendo única la mezcla de alimentos llegados de distintos continentes que presenta. Pero, además, bajo su paraguas también podemos encontrar panaderías y tiendas especializadas en productos alimenticios de importación, así como servicios de zapatería, reprografía, arreglos de costura, duplicado de llaves y un largo etcétera.
Muy conocida es también la diversidad gastronómica de los locales de hostelería que han abierto en los últimos tiempos en el mercado, destacando tanto por la calidad de sus cocinas como por la fusión que ofrecen y los precios asequibles que tienen. En Mostenses, la tradición gastronómica española se da la mano con la chino-peruana, la peruana más auténtica y también con la ecuatoriana, por señalar algunas de las más populares.
En definitiva, el de Los Mostenses es un mercado que se caracteriza por su mezcla de culturas, gastronomías y productos procedentes de los cinco continentes. En él conviven en armonía tres comunidades de comerciantes: españoles, latinos y asiáticos. Es una plaza colorida y viva que lucha por engancharse a la modernidad sin perder la tradición de la que es abanderada desde 1946.