El Ayuntamiento ha paliado esta semana la accesibilidad en una de las zonas con peor tránsito para peatones de Malasaña: ha sido en la calle Fuencarral, en la manzana que da al Museo de Historia de Madrid, al que era imposible llegar directamente desde la acera de enfrente.
Dos pasos de cebra paralelos permiten desde hace unos días cruzar con seguridad a los viandantes que salen de la boca de Metro y que -hasta ahora- tenían que recorrer varias decenas de metros para cubrir un tránsito que debería haber sido más corto. Máxime cuando este tramo de la calle no tiene especial afluencia de tráfico rodado.
Esta es la última de una serie de actuaciones en el entorno, donde todavía queda la reapertura de los Jardines del Arquitecto Ribera, que serán inaugurados en las próximas semanas, una vez que las obras de remodelación están prácticamente acabadas