Este mes hace un año de que la formación de extrema derecha VOX utilizara en twitter la letra de un chotis para celebrar su entrada en el Ayuntamiento de Madrid: el célebre Ya hemos pasao que Celia Gámez grabó al final de la guerra en contestación al lema No pasarán. El Chotis, como el resto de música folclórica española, fue utilizado por el franquismo como seña de identidad de lo español posteriormente, convirtiendo estos géneros en manifestaciones casposas durante décadas a oídos de aquellos españoles que huían del fantasma.
El schotis o chotis es, se cree, una derivación de una antigua danza escocesa que se baila en cuatro tiempos, de diferentes formas a su paso por Inglaterra o Alemania (de donde parece llegó aquí en el siglo XIX). En el chotis, el bailarín gira permanentemente sobre sí mismo mientras que la bailarina gira alrededor de su pareja. Ya saben: sin salir de una baldosa.
Este género menor que la mayoría de los madrileños no sabemos bailar, no ha sido de momento rehabilitado de su casposidad por los tiempos, lo que no quita que no encontremos fácilmente ejemplos del género que, en su época, se alineaban con ideas de izquierda.
En 1932 se estrenó con gran éxito el chotis Es mi Manuel en alusión a Azaña, con letra de J. Guarido y música del maestro Vicente Quirós. La letra juega con su apellido y el de otros políticos de la época como Marcelino Domingo o Largo Caballero.
Si buscamos en YouTube “chotis republicano” lo primero con lo que nos encontramos es con otro de 1932 que dice “¡Qué bonita está Madrid! Con banderas de color republicanas”. En la línea de la canción popular del momento, glosa la belleza y la bravura de la mujer del pueblo: “A la morena, castiza y brava. / Que a la verbena va siempre de mantón. / Tan marinera, barriobajera, preciosidad, di tu / Canción de libertad”. Podemos encontrar la canción en el disco Cantes, Cantos y Músicas de la Segunda República Española (2001).
Como curiosidad, este chotis comienza con los compases de la célebre canción anarquista Arroja la bomba, que fue compuesta en aquellos momentos también (aunque desconozco si ambas pudieron usar una misma base musical, algo frecuente entonces).
Particularmente desconocido y especial es el chotis La Pepa, que se refiere a la pena de muerte y a las ejecuciones de la posguerra. Después del Ya hemos pasao. Se trata de una composición popular transcrita por Régulo Martínez, preso durante el franquismo, que los presos cantaban camino del cadalso. Su letra es:
Es la Pepa una “gachí”,
que de moda está en Madrid,
y que “tié”predilección por los Rojillos.
Cuando viene esa mujer, a Torrijos o a Porlier,
al más bravo se le arruga el solomillo.
Y, a veces, se presenta y para divertirse,
se lleva veinte o treinta...
Y como del “pàseo” no suelen regresar,
con bastante cachondeo Asi la suelen cantar:
¡Pepa!, ¡ Pepa! ¿dónde vas con tantísimo “tio”
¡Pepa!, ¡Pepa!, ¡que te vas a meter en un lio!
y si sigues de este modo Y no quieres conmutar,
dejarás Madrid vacio Aránjuez y El Escorial.
Aunque por desgracia hemos perdido el rastro de la mayoría de ellas, en las cárceles de la posguerra se popularizaron algunas canciones y versiones que hacían relación a la situación de los reos. Una variación de La verbena de la Paloma dedicada a Amancio Tomé, director de la cárcel del Porlier, rezaba:
¿Dónde vas cono las barbas de chico?
¿Dónde va, don Amancio Tomé?
-A la plaza, a comprar zanahorias
Pa los rojos que tengo en Porlier
Hace pocos años trascendió a la opinión pública que el chotis por excelencia, Madrid, del maestro mexicano Agustín Lara, podría haber sido compuesto en realidad por Rafael Oropesa, miembro de la Banda Municipal de Madrid, el Partido Comunista y el Sindicato de Autores, que murió exiliado en México a los 53 años. Raúl Guerra, autor del libro donde salió la información que casuó la polémica, Gran Vía 1910-2010, tuvo que aclarar que solo se había hecho eco de un rumor de la época pero que no podía certificarlo. No obstante, la polémica venía de años atrás y los descendientes de Oropesa siempre han mantenido que el republicano fue quien compuso la popular canción y que, quizás obligado por la difícil situación durante el exilio, pudo llegar a un acuerdo de cesión de derechos con Lara. En cualquier caso, es muy madrileño que Madrid se compusiera en México.