Hoy, la calle Pez y sus alrededores se han convertido en uno de los lugares más interesantes de la noche madrileña. Multitud de nuevos locales se agolpan a lo largo de sus pequeñas aceras, dándole un aspecto muy diferente al que tenía en el año 2008. En esa fecha abrió uno de los primeros bares imprescindibles de la zona, el Picnic, un proyecto de los gestores del Tupperware, que se unieron a Xoel Deluxe y familia para ponerlo en marcha.
Desde entonces, el lugar ha acogido decenas de conciertos y de monólogos desternillantes, además de promover la buena vecindad de la zona a través de la revitalización de las Fiestas de la calle Pez, que este año vivieron en junio su edición más lustrosa.
Anoche Eva del Amo y Adrián López, dos de los visionarios que iniciaron la aventura, celebraban con amigos y clientes su séptimo aniversario, en una noche que se alargó hasta altas horas de la madrugada, cuando la fiesta se trasladó a la Sala Maravillas. Somos Malasaña se pasó antes por el local de la calle Minas para unirse a la celebración. Estas fueron algunas de las caras que se vieron por allí: