El futuro de una iniciativa gratuita como 'Cineshock''Cineshock', que reabrió los cines Luna el pasado viernes, estaba condicionado a la aparición de patrocinadores que costearan los gastos de la misma. Después de la proyección de la primera película de lo que pretende ser un ciclo de cine de terror de serie B, la noticia es que el proyecto tendrá continuidad.
No sólo las 236 butacas de la sala 4 de los cines, donde el ciclo se abrió con la proyección de la cinta italiana 'Demons', se llenaron rápidamente, sino que en la calle más de 300 personas se quedaron sin poder entrar a ver la película. “Los números nos avalan. Hay un nicho de gente interesada por un tipo de cine como el que queremos ofrecer”, declara Andrés Aberasturi Jr, uno de los promotores del evento.
Lo que falta por decidir es la peridiocidad que se le dará al 'Cineshock'. “Podría realizarse una vez al mes, como se pensó en un principio, o quizá dos veces; o pasar a convertirse en un festival anual. El formato que adoptará aún está en el aire. Lo que sí parece claro es su continuidad”, dice Aberasturi.
Críticas a la organización
El único pero que hay que ponerle al estreno del 'Cineshock' tiene que ver con la falta de previsión de la organización, desbordada por el éxito de la convocatoria. En blogs y foros de Internet se multiplican las críticas de quienes, después de soportar más de dos horas de cola, se quedaron sin entrada. La queja más recurrente es la que asegura que el evento se publicitó como gratuito y abierto a todo el mundo y, sin embargo, los que entraron al mismo fueron los amigos de los promotores y la prensa.
En este sentido, Popy Blasco, otro de los organizadores, habla de cifras: “Entre conocidos y prensa fueron 150 personas las que entraron sin haber hecho cola, el resto del aforo se completó con la gente la calle”.
Cuestión de estrategia
Aberasturi, por su parte, reconoce que para este primer pase “era muy importante que las que sí pudieran entrar fueran las marcas, la gente que financiará el proyecto en un futuro, y la prensa”.
“Lo bueno, pese a los cabreos, es que nos hemos posicionado de cara al Ayuntamiento, a los patrocinadores y a la propiedad de los Luna (quien ha cedido gratuitamente los cines para esta iniciativa en tanto y cuanto no consiga venderlos) y tenemos ahora fuerza para lograr que 'Cineshock' prospere”, aclara.
“Hemos pagado un precio muy alto, que es que la gente se enfade con nosotros; y la gente ha pagado el precio de tirarse más de dos horas haciendo cola, con frío, y no llegar a entrar. Sin embargo, este sacrificio repercutirá en ellos porque tendrán su ciclo de películas que les gustan y gratis. Lo mismo mañana aparece un patrocinador que nos paga la pantalla nueva que necesita la sala uno del cine, con capacidad para 500 personas, y en el próximo pase no se queda nadie sin poder entrar. El tiempo nos dará la razón.”
Aberasturi se muestra tajante a la hora de asegurar que: “La gratuidad de 'Cineshock' es innegociable. Creemos que esto tiene que vivir de las marcas, no del público. No es un negocio, es un proyecto romántico y en el romanticismo entra la gratuidad”.
Popy Blasco: “Cineshock no es un festival elitista para amigos modernos”