Este sábado se cumplen 100 años de la muerte de Benito Pérez Galdós, escritor al que ayuntamiento de Madrid y la Comunidad de Madrid homenajearán a lo largo del recién estrenado 2020 -declarado de forma oficial Año Galdosiano-, alentados por una serie de asociaciones e iniciativas privadas que han estado trabajando en pos de reivindicar la obra y la figura de este autor, una de las grandes plumas de la literatura española y del periodismo español y con una fuerte vinculación con Madrid, a pesar de sus orígenes canarios.
Juan Carlos González, historiador y guía turístico de la asociación Carpetania Madrid, es una de esas personas que ha peleado por lograr ese reconocimiento hacia don Benito, sobre quien viene realizando recorridos literarios desde el año 1988. Junto a Eduardo Valero, de la web Historia Urbana de Madrid, galdosista declarado y autor de un libro sobre el escritor, promovió la iniciativa que logró que, recientemente, Madrid haya nombrado al canario hijo adoptivo de la ciudad.
Ambos estarán este sábado en el acto oficial con el que se inaugura este año del centenario del fallecimiento de don Benito, un encuentro ante la estatua con la que se le recuerda y en el que se presentará la programación oficial que homenajeará su figura y en la que se incluyen los paseos representados por el Madrid de Galdós que el Ayuntamiento ha encargado a Carpetania Madrid y que serán gratuitos para quienes se quieran apuntar a los mismos.
Sobre la importancia de Pérez Galdós en las letras españolas y sobre la relación de este autor con la capital y, muy especialmente, con el barrio de Universidad, donde estudió, editó sus novelas y por el que deambularon ampliamente tanto él como muchos de sus personajes hemos hablado con González.
“Es muy posible que a finales de 2020 haya empacho de Galdós porque todo el mundo se está apuntando a reivindicar su figura y se van a suceder múltiples actos, pero este año servirá para que generaciones enteras se puedan interesar por las obras de un autor que se han saltado injustamente. Cuando comencé a ofrecer paseos literarios por el Madrid de Galdós costaba que se llenaran. Don Benito sonaba a rancio o a demasiado académico y, sin embargo, quienes lo hemos leído con detenimiento encontramos en él a un autor extremadamente prolífico y que desde una visión de ahora es muy actual al hablar de temas como la pobreza, la mujer o la corrupción política, por no decir que su forma de escribir respondería a la de los creadores actuales de series de televisión, que estiran tramas cuando ven que tienen éxito, con la salvedad de que la calidad de los textos de Galdós es incuestionable y todo un filón informativo para cualquier historiador como yo”.
Galdós gozó en vida de un éxito extraordinario y de un gran reconocimiento. Sin embargo, los autores del 98 lo consideraron un escritor del siglo XIX renunciando a él y una vez en la nueva centuria su progresiva inclinación política hacia la izquierda (comenzó siendo liberal para pasar a abrazar un republicanismo moderado y acabar caminando junto al socialista Pablo Iglesias) le valió, entre otras cosas, un boicot conservador a su candidatura al Nobel del Literatura, lo que le habría dado dinero y, sobre todo, una fama internacional por la que en el centenario de su muerte quieren apostar autoridades e instituciones. Luego, durante el franquismo, el reconocido anticlericalismo del escritor y sus críticas a la monarquía evitaron que se le tuviera demasiado en cuenta.
No fue hasta hace un par de años, con el 175 aniversario de su nacimiento, cuando el interés por Galdós comenzó a resurgir, recuerda Juan Carlos González. “Sus admiradores nos preparamos para el bienio galdosiano que se nos venía encima, los 175 años de su nacimiento y el centenario de su muerte. Por nuestra parte, potenciamos los paseos de Galdós teatralizándolos, nos apoyamos en las redes sociales para crear grupos sobre él y, en general, se fue demostrando la universalidad y la actualidad de los temas de sus obras. Se fue creando un caldo de cultivo que en Madrid culminó con la presentación de un escrito al Ayuntamiento de Madrid, elaborado por Eduardo Valero y validado por mí, en el que solicitábamos el título de Hijo Adoptivo de la ciudad para el escritor canario. Esa propuesta fue muy bien recibida por la actual Delegada de Cultura, Andrea Levy, quien no sólo la llevó al pleno del Ayuntamiento y la defendió allí, sino que recogió el guante que le ofrecimos de dedicar 2020 a Galdós aprovechando el centenario de su fallecimiento. Por cierto, en el pleno la propuesta fue aprobada por la totalidad de los grupos políticos y es que, más allá de por la calidad de la obra de Galdós y de su indudable vinculación con Madrid, ideológicamente todos tienen algo de él que reivindicar”.
Al interés por Galdós del Ayuntamiento se le ha unido también el de la Comunidad de Madrid. El Ministerio de Cultura aporta también lo suyo y a la muestra que ya exhibe sobre él en la Biblioteca Nacional se le unirán, por ejemplo, los esfuerzos que se hagan desde el Instituto Cervantes y la Comunidad de Madrid para traducir su obra a otros idiomas.
Por dónde empezar a Galdós
Por dónde empezar a Galdós
Para quien desee acercarse a sus escritos, González despliega toda una serie de recomendaciones según las preferencias de cada quien y es que hay donde elegir: 46 episodios nacionales, más de 30 novelas, cuentos, artículos periodísticos, obras de teatro...
“Si me tuviera que quedar con una sola de las obras de Galdós sería con Fortunata y Jacinta, un buen título con el que aproximarse al autor; pero para los aficionados a la historia, las novelas de acción, aventura y mar les recomendaría iniciarse con el episodio nacional de Trafalgar; Misericordia, para los interesados en temas sociales; Tristana, Tormento o La de Bringas para aficionados a temas sobre la mujer; y Marianela para los amantes del melodrama. Yo diría que hay un Galdós para cada gusto, ideología y tipo de persona. Fue un autor que habla de cosas extrapolables a la actualidad, buena fuente para historiadores y un gran creador de personajes muy de carne y hueso. Y hay que perder el miedo a enfrentarse a la inmensidad de su obra, bastará con elegir un episodio concreto o una novela corta. Mi recomendación es que nos acerquemos a él por capítulos”.
Galdós y Malasaña
Galdós y Malasaña
La vinculación de Galdós con el centro de Madrid es muy clara y con el barrio de Universidad tan patente que ha dado también pie a que Carpetania Madrid haya desarrollado un paseo literario representado específico para esta zona (Galdós en Malasaña: del barrio de los Miau a Pez), y que viene a completar el otro recorrido más general que llevan años ofreciendo (El Madrid de Galdós)
“Calles del entorno de Conde Duque salen en novelas como Miau, la plaza de las Comendadoras, la iglesia de Montserrat, el café de San Antonio de la Corredera Baja de San Pablo, la puerta de la iglesia de las Maravillas en la calle Palma, la calle del Pez ... Por todos esos escenarios reales y cercanos deambulan muchos de los personajes de Galdós, al igual que lo hizo el autor canario, quien recién llegado a Madrid estudió en la Universidad Central de la calle San Bernardo e hizo casi más vida en sus alrededores que en la misma universidad. Además, La Guirnalda, la editorial en la que publicó muchos de sus títulos estaba situada en la calle Tesoro con Pozas y, por otra parte, en este barrio también vivió su íntima relación con Emilia Pardo Bazán”.